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Me preocupo y a la vez reflexiono acerca de la migración venezolana y la diáspora. Me detengo a pensar obviamente en este sistema apocalíptico que está aferrado al poder; en especial, pienso como ciudadano, en las familias, nuestras familias, y lo que representa para nuestra sociedad. Aún así, retrocedo al pasado, en aquel que llaman la República civil, es decir, del fulano sistema democrático venezolano -del cual he mantenido mi distancia abismal de la corrompida manera de hacer gobierno y gobernar- cuya decadencia dio pie a este régimen.

Hoy la gente lleva su calvario día tras día. En nuestro país yace el pueblo esclavizado y humillado; aún este calvario no ha terminado. Es como un veneno que nos consume, porque cada vez es más compleja esta enfermedad.

Hay una memoria que nos recuerda que estamos vivos y debemos mantener la fe y la esperanza en un cambio social que nos lleve a un cambio político nacional, y que nos obliga a ser irreverentes hasta el final. 

Hay muchos candidatos, pero uno solo es el sentimiento nacional; reúne los requisitos y está calificado; tiene la preparación y capacidad de llevar al país, sin errores, al camino de la esperanza y la conducción política necesaria. 

Urgidos de la buena conducción política y con sobrada madurez y coherencia, no hay otra opción, ni otra manera. Nos estamos jugando los últimos momentos de la historia política. Hay que despertar de la pasividad y ponerle fin a esta tortura que por años nos maltrata como ciudadanos. 

Es por ello que tengo plena confianza en Dios primeramente y en nuestra líder María Corina Machado. Con su firmeza, coherencia y liderazgo, con su conducción hacia el futuro próximo que está al cruzar la esquina, sé que lo lograremos.

Abg. Cornelio Superlano

Coord. Municipio Bolívar, Barinas 

Instagram: @corneliosuper72

 

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