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Venezuela requiere una visión y un gran trabajo para liberarse de estos fantoches politiqueros. Líderes de pacotilla, fanáticos de la hipocresía, el servilismo y el teatro. Esos que gustan de ganar indulgencia con escapulario ajeno y sin trabajo ni contacto con la realidad.

El ciudadano venezolano debe retomar conciencia de la importancia de su papel en los sucesos inherentes a la sociedad y el entorno en el que vive. Volver a retomar la responsabilidad política; que su pensamiento y opinión pese a la hora de determinar el destino de la nación. A eso es a lo que le teme el régimen. Y por eso, designa a estos «pastores» para que sigan conduciendo al fracaso a la oposición; a su «rebaño». Su trabajo es apropiarse de la imagen de la oposición y conducir al fracaso toda iniciativa destinada seriamente a organizar la lucha por la libertad de Venezuela. 

Ya sea saboteando, infiltrando, cooperando o abiertamente traicionando, estos «alacranes» y fantoches de la politiquería, se burlan de el clamor de un pueblo. Pueblo que, a diario, sufre de esas «dosis de patria» que el régimen da y que esa falsa oposición bendice. A ambos les conviene mantener al venezolano en el letargo suicida del conformismo en el alma.

En tanto los venezolanos no tomemos conciencia y sigamos permitiendo que estos delincuentes disfrazados de políticos sigan robándonos también nuestro lugar en la historia, y permitiéndoles que sigan en su juego, estaremos condenados. Y, poco a poco, Venezuela desaparecerá en efecto como país. Y la nación venezolana, traicionada y abandonada perecerá aunque hayan venezolanos con pasaporte y cédula…

El llamado es a salvar la nación a través del rescate de la libertad y la democracia más allá del tinte político. El llamado es a pensar, a tener criterio y a elegir siempre lo mejor para el país por sobre los fanatismos, las pasiones y mercantilismo de los politiqueros mercenarios.

 

ANDY BARRETO

Vente Distrito Capital

 

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