Causas de la aparición del pensamiento religioso
El hombre, al principio, buscó dar respuesta a los fenómenos naturales que le rodeaban. Así fue como la lluvia, el rayo, el fuego y los terremotos, fueron atribuidos a seres todopoderosos e inteligentes capaces de causar daño si no se les estima y adora. Y de beneficiar si se les apacigua devotamente.
En el fondo, el origen de la religión es el mismo que el de la ciencia: temor al futuro en tanto que nos dedicamos a buscar las causas de las cosas para poder predecirlos y hasta buscar controlarlo. Pero a diferencia de la ciencia, que se basa en una incesante búsqueda de respuestas de forma experimental; la religión se estanca en la fe y pone al servicio del sacerdote, el conocimiento de la verdad absoluta e irrefutable. Lo que le atribuye un poder casi similar al de los seres imaginarios que el hombre termina adorando.
En la dimensión interior de la religión, el hombre crea elaboradas doctrinas de conocimiento sacro. Doctrinas que que dan una explicación metafísica al porqué de las cosas presentes, pasada y futuras. El hombre, de éste modo, termina adorando a los productos de su imaginario y dando vida a sus elucubraciones a través de ritos y ofrendas, por los que presente dominar a esas fuerzas sobrenaturales a las que llama dioses o dios, y de las que pretende obtener su favor.
El mundo interior del hombre, es el núcleo de los que se ha desarrollado como religión, y mundo espiritual. En el hombre de pensamiento primitivo, persiste la creencia en seres mitológicos, fantasmas, hadas y duendes. Todo ello constituye el sustrato del pensamiento religioso que además fundamenta la aparición también de la superstición.
«el mundo interior del hombre, es el núcleo de los que se ha desarrollado como religión»
La superstición aparece cuando el pensamiento religioso se ha nutrido de intentos de explicación a fenómenos naturales y a tradiciones cuyos orígenes reales, ya las generaciones siguientes han olvidado. Ello permite que con la aparición de la superstición, llegue también el temor a desagradar a esas deidades o a la Gran Deidad, de quienes siempre se quiere tener el favor para poder tener una noción segura de adónde se va en el futuro y el sentimiento de seguridad que dicha certeza conlleva.
La aparición de este temor, es el elemento que nutre de poder al sacerdocio y al poder del líder de la sociedad. Convertido así con el apoyo del clero, en líder divinamente ungido para regir el destino del pueblo elegido.
El sacerdocio puede y sabe aprovechar la dimensión imaginativa del pensamiento religioso en el hombre, y de sus preocupaciones fundamentales, tales como el temor al futuro, expresado en la creación de un paraíso, la explicación de las causas presentes, y la pregunta ontológica, de dónde venimos. Esas cuestiones solo pueden ser respondidas por el sacerdocio, quien en ese momento se convierte en el sector que acabará un verdadero poder. El poder de disponer de respuestas ante las preguntas, a su vez esa capacidad de responder interrogantes, dota al clero de respetabilidad y poder.
Rainer González
Afiliado de Vente Caracas