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Cuando una necesidad básica como la salud no es cubierta o no es confortable a nivel de un estado, las cosas no están bien. Esta es la realidad a lo largo y ancho del país. Pero en continuidad con un artículo de mi autoría antes expuesto, continúo.

Llegué a mi destino de emergencia después de 20 horas, cuando dentro de lo normal serían 12. Y ahora, me consigo y me enfrento a la otra realidad: el sistema de salud en un hospital del sur de Aragua (Villa de Cura) dónde solo la disposición de su personal médico, residentes y enfermeras, mantiene en pie una infraestructura precaria. Un centro asistencial dónde han querido hacer lo que en todo estado hace el régimen: maquillar fachadas y superficialidad, pero en trasfond,  no hay un funcionamiento normal del mismo.

Desde no haber algo básico en un servicio de enfermería como lo es un termómetro para medir temperatura. Ni tensiómetro para algo tan fundamental como medir la presión arterial.  Hasta que no haya un servicio de camareras que se encargue del mantenimiento del mismo.

Esto, por sólo nombrar algunas de las tantas carencias de un centro de salud que muestra la realidad del sistema de salud en Venezuela, y que nos confirma que es un sistema en la ruinas.

¿Por qué llega mi padre a este centro asistencial?

Porque ante una emergencia de vesícula, meses atrás, no pudo ser intervenido en ningún centro público por diferentes circunstancias o excusas. Ahora, al tocarle el turno se complica en el quirófano y posterior a la intervención, continuó delicado. No puedo señalar quién fué el responsable de su complicación cuándo veo tanta precariedad en un lugar que señala sólo hacia un Estado sin condiciones eficientes para algo básico como la salud.

No hay recursos para ser atendido en un lugar privado con atenciones normales, ya que soy docente y mis papás obreros. Una vez más, y por otra vertiente, nos damos cuenta de que quien sufre las penurias en Venezuela es el venezolano de a pie, el honesto y el que no está enchufado. Pero, esto es solo un trozo de la realidad desde mi experiencia de vida.

Aún ando en Aragua y sigo siendo testigo de las miserias, penumbras y destrucción del régimen. En un tercer artículo comentaré sobre otra necesidad básica, ahora en las comunidades donde crecí, y a años de salir de ahí, está en el abandono.

@rudabenrio

Coord. Com. Vente Táchira

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