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Definitivamente, el socialismo es caos, es corrupción y miseria; tres palabras que resúmen al régimen que ha destruido Venezuela.
Lo escribo desde la experiencia de viajar, por emergencia, en un expreso desde la ciudad de San Cristóbal, en el estado Táchira, a la Maracay, en Aragua. Caos porque se pierde tiempo al ser chequeados por las «autoridades» militares en cada punto de control o alcabala. Caos que se traduce en desorganización y deshonestidad.
Esto, a su vez, da pie a la corrupción en carne viva; ciudadanos que son víctimas del soborno por lo que trasladen en sus maletas o bien por algún documento personal. No cuestiono su trabajo de seguridad, pero este no ha sido el primer o principal objetivo de los funcionarios, sino el «rebuscarse».
Por último, miseria. El traslado en unidades de transporte público que están en muy mal estado, que durante el camino se descomponen y hacen que se continúe perdiendo tiempo de llegar a los destinos. Expresos o buses que en algún momento eran muy confortables, pero que ya no tienen ni un buen mantenimiento.

«el venezolano honesto, de a pie, debe vivir las penumbras de la verdadera Venezuela»

Se escucha muchas veces que en Venezuela todo se está arreglando, pero esto es solo para aquellos que han sido víctimas o manipulados por un Estado que sigue buscando aliados para perpetuarse en el poder y lavarse la cara. Para el venezolano honesto, de a pie, que no se vende, no es así; debe vivir las penumbras de la verdadera Venezuela.
Cada día me convenzo de que el primer trabajo para transformar el país es a nivel mental; extraer el dispositivo de esperar siempre dádivas y no exigir derecho ciudadano en calidad de servicios. Hoy queda claro que la destrucción sistemática repercute en cada gremio, en cada institución e incluso en cada familia. Testigo de la destrucción del socialismo, te invito a esperar una segunda parte.
Coord. Com. Vente Táchira

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