Skip to main content
immediate bitwave Library z-library project books on singlelogin official

¿Dónde estaremos en el 2024 y cómo será el inadmisible desplazamiento del problema para que el sistema siga vivo? ¿Cómo se mantendría el constante anhelo de cambio sin erosionarse hacia esa necesidad inherente de una vida más grata y amable, que aún se debate en el sueño de millones de venezolanos y que ronda el 80% de la población?

Todo está precedido por un régimen en el que predominan la infamia, el fraude, la celada, la estafa, dando paso de nuevo a esa trama inmensurable, infinita, interminable y se podría decir, inclusive, paradójica, del eterno dilema o controversia ancentral entre el bien y el mal.

Venezuela se podría decir que fue atrapada por la fuerza de la inmediatez, siendo esta la respuesta instintiva, la del subconsciente, la menos madura; rodeada por la apariencia, lo superficial. Es ese estado psíquico orientado a satisfacer actitudes emotivas, basado en lo simple, en lo instantáneo, en lo fácil, en el corto plazo; poco asertivo y casi nulo en logros significativos.

Esto vendría a ser no solo un tema de Venezuela, sino del globo terráqueo: al mundo le ha costado ir hacia la civilidad. En la actualidad, únicamente el 18% de los países miembros de la ONU tienen gobiernos democráticos, y estamos en el primer cuarto del siglo XXI. La pregunta obligada o indispensable sería: ¿cuándo llegaríamos por lo menos al 50%? Y de esta pregunta se deduce que la democracia pasa hacer una excepción geográfica e histórica, mientras la barbarie galopa con frenesí a sus anchas.

La disyuntiva actual en el país se centra en por quién votar en las elecciones presidenciales 2024, y esto ha originado apetencias entre los ya desprestigiados y desgastados liderazgos tradicionales. A eso se suma la mutación añadida de los nuevos liderazgos «opositores» salidos de la cepa innovadora del régimen para producir una oposición conveniente o a su medida que le ayude a estirar su existencia perniciosa para el país.

Se podría decir que de este caldo de cultivo existe oposición como arroz picao que aspira el cargo de elección popular de la Presidencia de la República. Pero la verdad es que hay escasez de candidatos éticos, de conducta moral aprobable por la ciudadanía venezolana; casi todos tienen el rabo de paja, por decir lo menos y ser comedido. Esta oposición y el régimen son gestores de la simbiosis diabólica, inhumana, bastarda.

Son insaciables y colmados de esa febril avaricia que se esfuerza insensatamente en enfocarse en lo que no les pertenece, en lo concreto, en el erario público que corresponde para la prosperidad de la nación y sus connacionales, para el bienestar y el desarrollo del pueblo de Venezuela, pero no para la depredadora nueva élite que se ha enriquecido de manera mal habida, con una voracidad impensada que generó el éxodo más atroz de los últimos años en América Latina, e inclusive en el mundo.

Hemos sobrevivido sin duda de este holocausto que busca crear una nueva identidad, idiosincrasia. Ha sido inducida por el régimen, sembrando miseria y hambre para doblegar a los venezolanos. Todo esto estuvo presidido, sostenido en el inicio, por las divisas petroleras; y esto permitió, dado la holgura de tiempo y recursos, formular el símil experimental de una rana que en un laboratorio se usa para demostrar cómo un sistema de manera paulatina acondiciona la reacción natural de la sobrevivencia. Gradualmente se le subió la temperatura al agua donde estaba la rana y no pudo reaccionar para salir de la hoya y murió hervida, algo así se ha hecho para acondicionar psicológicamente al pueblo de Venezuela.

Nos hallamos en un laberinto donde la solución no responde a respuesta simples, ni a respuesta automáticas, sino a soluciones fundamentales de bases. Siempre hemos estados con este régimen o en el comienzo de la rompiente de un tsunami que nos precipitó hacia el abismo donde estamos metidos, buscando la manera de salir. Esto aquí no es necesario definirlo, ni describirlo siquiera, sin duda se asemeja a los horrores de la humanidad, plasmados narrativamente en la Odisea de Homero, que le sobraron palabras adecuadas para describir y definir su épica. Sin embargo, aquí vivimos esta épica, seguimos buscando alternativas, las primarias es una, y ahí, con condiciones, se medirá como candidata María Corina Machado, siendo una excepción de la regla en la oposición actual. Ha mantenido una propuesta ética, moral, con integridad en su visión de país a su manera de digerir las realidades sociales, económicas y políticas. Ella es una opción para salir del abismo, buscando una solución a la compleja situación de Venezuela.