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Se ha hecho frecuente en nuestro país la frase “Venezuela se está arreglando” y ello se debe a dos razones principales: 1) gobernantes locales se han dado a la tarea de pintar un paisaje en el mural de una pared o embellecer plazas y parques y 2) una aparente sensación de bienestar.

¿Esto verdaderamente genera progreso, bienestar y riqueza a una sociedad? Veamos.

En primer lugar, la riqueza de un país es función de muchos factores, pero dos de ellos marcan la diferencia:

1) El inventario de su capital humano conciente de su ética y de las normas sociales a las que está condicionado, por lo tanto es un ciudadano con un alto grado de responsabilidad individual.

2) El conjunto de bienes y servicios con que cuenta para satisfacer las necesidades de su población, en otras palabras, el volumen de producción total del país.

Cuando estas dos variables están desarrolladas el resultado es un ciudadano rico, no se entienda riqueza ciudadana como la acumulación de dinero, bienes o metales preciosos, entiéndase como un ciudadano que tiene satisfechas sus necesidades, que si nos vamos a la Pirámide de Maslow serían: Necesidades básicas o fisiológicas (alimentación, vestido, descanso, sexo, etc.); Necesidades de seguridad (seguridad física, laboral, salud, económica, etc.); Necesidades de afiliación (enamorarse, recibir y dar afecto, ser parte de un grupo social, etc.); Necesidades de reconocimiento: tienen que ver con la necesidad de ser reconocido en su entorno familiar y social: “te felicito, lo hiciste bien”, “estás bonito(a)”, en general, necesidad de autoestima, confianza y libertad; y por último, Necesidades de autorealización: necesidad de adquirir nuevos conocimientos, creatividad, innovación, aceptación de hechos, formación social, moral y cívica, entre otras.

La segunda variable está intimamente relacionada con la primera; la cantidad de bienes y servicios que una sociedad es capaz de producir en un país, es condición para mantener el equilibrio emocional del individuo. Por lo tanto, la sociedad tendrá ciudadanos no con una sensación de bienestar visual o temporal, sino ciudadanos con bienestar permanente. El bienestar deja de ser una sensación y se coloca en una situación de permanencia a lo largo de su vida cotidiana. Esta segunda variable está condicionada por el trabajo duro y honesto, es el esfuerzo del trabajo y nuestra conducta de valores lo que nos hace ricos como seres humanos y como sociedad, por tanto, el hombre deja de ser como dice Hobbes, “un lobo para otros hombres”. ¿Por qué? Pues sencillamente porque siendo el hombre un lobo para otros hombres lo único que lo calma es la satisfacción de sus necesidades, pero como las necesidades son infinitas, es necesario tener un individuo con sus necesidades satisfechas. En consecuencia, tendremos un individuo creativo e innovador en la medida que vayan surgiendo nuevas necesidades, un individuo libre y realizado será más creativo y más innovador.

La creatividad y la innovación llevan a los elementos que hacen a un país o a una sociedad verdaderamente rica: la industrialización, el desarrollo de la ciencia y la tecnología. Industrializar el sector primario de la economía es fundamental para generar riqueza, la industrialización de la agricultura y la ganadería es la base fundamental para generar valor agregado; el desarrollo de las ideas científicas y tecnológicas es lo que ha hecho reducir la pobreza y aumentar las oportunidades de desarrollo, crecimiento, progreso humano y social. Por ejemplo, desde la invención de la maquina de vapor en 1772 la pobreza se ha reducido de un 80% a un 10% en todo el mundo, el consumo de calorías proteícas ha aumentado en 1162%, la esperanza de vida ha pasado de 30 a 75 años y así sucesivamente, todo ello en 250 años.

Entonces, no nos podemos dejar engañar por un espejismo y una ilusión donde pintar una pared de una ciudad o un pueblo nos la hacen ver como un síntoma de desarrollo humano y económico. Cuando nuestras mujeres embarazadas no están ingiriéndo el ácido fólico y el calcio necesario para el desarrollo del feto, o cuando nuestros niños no están consumiendo la cantidad de requerimientos nutricionales suficientes y adecuados, los están convirtiendo en un “inválido social”, porque con toda seguridad ese niño dentro de unos 20 o 30 años tendrá problemas cognitivos, óseos, musculares, visuales, propenso a enfermedades como la diábetes, cáncer y otras patologías que lo harán ser una gran carga social y un individuo practicamernte inútil para el trabajo. Para los que creen que ello es una exageración, según la ONG Oxfam, una organización independiente formada por 21 organizaciones, entre ellas la Universidad de Oxford, en 2020 la desnutrición en Venezuela en niños de 0 a cinco años era del 20%. Para 2021 aumentó al 33%.

¿Será que para un alcalde o un gobernador pintar una pared o regalar cuatro láminas de zinc es mas importante y urgente, que ocuparse en llevar a cabo políticas públicas que lleven a atacar semejante barbaridad que nos coloca a nivel de los países mas pobres del África Subsahariana? Si en la cosmovisión del ciudadano está como prioridad que el pintar un mural en una pared de una casa o un negocio abandonado porque sus dueños emigraron o fueron expropiados, es mas urgente e importante que lograr la satisfacción de las necesidades de la sociedad, y que la producción de bienes y servicios. Sin duda que el sistema colectivista lo ha aplastado, sin temor a errores de apreciación, su libertad y su dignidad están seriamente comprometidas.

 

Doña Bárbara y la libertad – Por Ramón Alberto Matute