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Maduro desde este pequeño rincón del país te queremos decir que no te tenemos miedo.

Durante 23 largos años la juventud se ha enfrentado sin miedo contra el tirano de América Latina. Hemos estado juntos, mis hermanos han caído; su sangre ha enarbolado las plazas de todo el país. Por esta razón jamás existirá perdón contra el tirano. Bajo la influencia de las redes sociales los sátrapas intentan lavarse la cara. Los auspiciadores de este brutal régimen no podrán socavar la libertad que nos otorgó la independencia que tanto sacrificio nos costó. Exigimos a nuestros líderes estar a la altura de esta batalla porque si bien no es una guerra civil, somos nosotros a quienes algunos pseudo-opositores han puesto como barrera contra los fusiles de las fuerzas armadas.

Rendirnos sería un sacrilegio a la virtud del buen venezolano, ese que se ha negado a participar en la imperante corrupción que abarrota las instituciones públicas, en el ominoso poder judicial que solo mantiene las cárceles para los extractos más bajos de la población venezolana mientras ellos conducen Mercedes y Ferraris por la carretera, con dinero producido del narcotráfico, extorsión y corrupción.

¡No basta con manifestar su condición de lucha por la libertad del país! Hace falta voluntad para realizar las actividades, no podemos dejar que la mano que mece la cuna determine nuestra política de resistencia. Enhorabuena los venezolanos despertamos de ese letargo que conduce una dirigencia quebrada ante su moral más ruin.

Los factores que determinan la linea entre oposición y régimen cada vez son más evidentes, al punto de que está desapareciendo en este momento histórico en cuando debemos parafrasear a Churchill, porque simplemente no nos rendiremos, y si llegáramos a caer, sabemos que desde los demás continentes vendrán millones de compatriotas en el rescate de nuestra independencia. No habrá descanso contra el tirano.

Cuando el 19 de abril de 1810 la Junta Suprema declarada en Caracas destituye al Capitán General Vicente Emparan e instala un Congreso donde declara la independencia del país el 5 de julio de 1811, hicimos un pacto histórico con nosotros mismos y las futuras generaciones. No esperamos otra cosa que la restitución de la República y la independencia de cualquier agente extranjero que determine nuestra política interna.

«Cada vez que un hombre en el mundo es encadenado, nosotros estamos encadenados a él. La libertad debe ser para todos o para nadie». Albert Camus, escritor francés 1913-1960.

La descentralización: La Venezuela vertebrada – Por Gabriel Pérez