Los apaciguadores buscan contener el ímpetu, sentido de urgencia y deseo de cambio de los venezolanos; restándole importancia a la gravedad de la situación que ha sumido en la pobreza a más del 90% de los venezolanos; convirtiendo a la clase media profesional en nuevos pobres. Desestiman las innumerables violaciones a los Derechos Humanos y Crímenes de Lesa Humanidad por los cuales se abrió juicio en la Corte Penal Internacional al régimen venezolano.
¡Venezolano, no te rindas, ni te conformes!
Algunos de esos apaciguadores firman cartas y realizan declaraciones solicitando la eliminación de sanciones impuestas por la comunidad internacional a los miembros de la administración de Maduro. Esto, precisamente en un momento en el cual el régimen que regenta inconstitucionalmente el poder en Venezuela, sufre importantes derrotas en varios de los frentes que ha impulsado buscando reducir o burlar las sanciones a varios de sus burócratas y testaferros. Tales como los fallidos acercamientos al gobierno y empresarios de los Estados Unidos, y el intento de reencontrarse en Trinidad y Tobago para abonar el camino que les permita cambiar sanciones por petróleo.
Todos estos esfuerzos e iniciativas tuvieron como respuesta la declaración de la Comandante del Comando Sur, en la que ratifica las vinculaciones al narcotráfico del régimen venezolano; el veto a Maduro para asistir o enviar delegados a la importante cita hemisférica de la Cumbre de las Américas; la desestimación por parte de la Corte de Apelaciones en las que rechazaron los alegatos que pretendían investir como diplomático al testaferro del régimen, Alex Saab, en su intento de burlar la justicia americana; y por último, la declaración del Departamento de Estado en la cual ratifican a Juan Guaidó como único interlocutor con legitimidad de origen para representar a venezolana.
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Los apaciguadores asumen posiciones buenistas simulando actuar movidos por valores humanos como la solidaridad y la tolerancia; para terminar cediendo deliberadamente con benevolencia a las pretensiones del régimen para mantenerse en el poder indefinidamente. Todo esto, a cambio de prebendas, privilegios y espacios de cohabitación para mantener o mejorar sus estatus.
Ellos son parte del problema, no son opositores del régimen. Al contrario, son sus agentes con la misión de dividir a los genuinos opositores. Para blanquear las terribles atrocidades cometidas por quienes usurpan el poder; ignorando “ex profeso” los irreparables daños causados al país y a los venezolanos.
Los venezolanos tenemos la ingente responsabilidad de identificar los bandos que forman parte de esta guerra híbrida en la que está inmerso el país; estamos obligados a contribuir a encontrar la verdad eclipsada por los laboratorios y agentes de la desinformación. Entendamos que esta guerra usa métodos para atacar nuestras mentes. Para confundirnos y sembrar la desesperanza que nos conduce a la desmovilización por desmoralización para una vez allí someternos. Sepamos que nos están sometiendo más que por la fuerza, a través del engaño.
En Venezuela debemos renovar al liderazgo que simula representarnos, los ciudadanos debemos alzar las voces contra las cúpulas que nos mantienen en el limbo. De allí la importancia de la propuesta realizada por María Corina Machado en nombre de Vente, para medir a través de una consulta ciudadana al liderazgo que releve y asuma la conducción de la política que permita desalojar del poder a quienes hoy lo usurpan.
Seguimos conversando…