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Para nadie es un secreto que en Venezuela no existe separación de los poderes desde hace ya aproximadamente dos décadas, iniciada por Chávez y ahora continuada por Maduro. Un país en donde no existe Estado de Derecho es un país en el cual la libertad está comprometida y por tal motivo, la estructura formal de un sistema jurídico y la garantía de libertades fundamentales a través de leyes generales aplicadas por jueces independientes y la libertad de competencia en el mercado garantizada por un sistema jurídico es inexistente.

Montesquieu lo describe magistralmente en su obra “El Espíritu de las Leyes”, donde propuso una nueva división de poderes del Estado, concretamente en tres partes: el ejecutivo, el legislativo y el judicial. Tres poderes separados en tres ramas independientes y en tres áreas de responsabilidad distintas. Tres poderes en el que ninguno mandará sobre el resto, en un sistema de pesos y contrapesos

Hoy, más de tres siglos después de que este filósofo propusiera esta tesis de la separación de poderes, nos encontramos en un retroceso total del sistema político venezolano, entendiendo que para esa época de ser publicada esta propuesta imperaba el absolutismo, que hoy en día no está tan alejado de nuestra realidad política, solo que incluyen nuevos elementos perversos para la democracia y vemos como una autocracia civil militarista tiene el poder en Venezuela, manteniendo una fachada de un Estado de Derecho, pero que en la práctica no existe una separación de los poderes real, ya que todos están subordinados a la cúpula del poder político que maneja el Estado.   

La estabilidad política de la democracia en Venezuela depende de la capacidad de mantener un sistema político funcional, equitativo y seguro, en el cual las instituciones gubernamentales operen de manera eficiente.

De este modo, los ciudadanos confían en la integridad y legitimidad de su gobierno. Sin embargo, los principales factores que impactan la estabilidad política del país son: la corrupción, la impunidad, la falta de transparencia y acceso a la información, cultura de integridad y ética en el servicio público.

La estabilidad económica de una nación depende en gran medida del nivel de confiabilidad que existe en la operación de su Estado, ya sea de forma interna o externa. Pero, para gestar y mantener la confianza se requiere de constante vigilancia e intervención para evitar la corrupción y la opacidad del sistema gubernamental, así como de promover la eficiencia en el campo jurídico y penal en un ambiente democrático.

Es por ello que la separación de poderes es la columna vertebral de cualquier sistema político democrático y en el proyecto de María Corina Machado, denominado “Venezuela Tierra de Gracia” se desarrolla toda una implementación de mecanismos liberales como lo son: la separación de poderes, la reducción del poder del Estado para generar toda la confianza necesaria a la sociedad civil, en un Estado eficiente en sus funciones y en la defensa de los derechos fundamentales como la vida, la libertad y la propiedad, entre muchos otros para lograr una nación estable. 

 

Jesús Farías

Coordinador municipal de Vente Maturín