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Por Ángel Ciro Guerrero | (Mérida 11/08/23) Carlos Raúl Lobo Díaz, es técnico en Informática, con especializaciones en Gerencia de Ventas (IESA) y reconocido empresario merideño, que ha seguido muy de cerca la evolución y cambios que se han dado en Venezuela durante las dos décadas de la gestión revolucionaria.

Opina como la inmensa mayoría de venezolanos que “el país que teníamos, uno en avanzado nivel de desarrollo, con planes y programas que regían, sino a la perfección, pero adelantaban soluciones que perfectamente mantenían en buen estado lo relativo a la economía y atendían la problemática social, se nos fue, se nos perdió, a consecuencia de una pésima gestión gubernamental que sólo nos ha reportado un descomunal atraso. Es decir, volvimos al pasado, con todo lo que este perjudicial retroceso significa”.

Pero Carlos Raúl Lobo Díaz, hombre de carácter sereno, de conversación agradable, de profundidad en lo que dice, sostiene aún “mucha fe y esperanza en que la ciudadanía toda, que está cierta en cuanto a la urgencia de un cambio integral, cada vez más se prepara para ver cómo ese cambio se está haciendo realidad y, en poco tiempo, porque la historia de los pueblos es una sucesión de hechos que nadie puede detener, se concretará”.

Lo asegura precisando que “ese gran cambio será la transformación que, por la vía pacífica, electoral y democrática, se desarrollará en nuestro país, que volverá a ser una nación que retome la vía del progreso, la consolidación de la democracia como sistema, la unión interna, el prestigio internacional. Con una economía que, entre todos, la levantaremos, porque se impondrá, finalmente, el respeto a la propiedad privada, regresará la libertad de empresa, vendrán nuevas y grandes inversiones, habrá mejores y positivas relaciones con los organismos internacionales, sin que ello signifique entreguismo alguno, porque se hará respetar nuestra independencia y soberanía, pues se acabará con el entreguismo en que Venezuela vive hoy en día sujeta a China, Rusia, Irán, Turquía y dejará de ser la paga-todo de Cuba”.

En este reportaje, el coordinador de organización regional del Comando de Campaña da respuestas sobre interrogantes muy precisas en torno a la situación actual del país; y explica por qué resulta indispensable que cuanto antes, se produzcan grandes cambios en Venezuela.

El necesario regreso de la democracia

Él es hombre práctico, de agenda, cumplidor de compromisos, va directo al grano; de reflexiones, sabe decidir y sugerir, por lo que se le tiene como capacitado gerente. En su actuación como empresario tiene crédito y aprecio moral en el comercio local y nacional. Se maneja con la ética que aprendió de sus padres y la fomentó a lo largo de sus años de experiencia. Es la que, sin exigirlo, porque todo el mundo lo conoce, demuestra llevar muy adentro y por ello se le quiere y respeta. Es un hombre bueno.

A él nos acercamos para entrevistarle y conocer lo que siente, lo que anhela, lo que quiere y cómo lo trasmite a quienes lo rodean, sobre todo en estos tiempos en que aceptó ser el hombre que dirige, con acertado tino, la Organización de la Campaña Electoral de María Corina Machado en el estado Mérida.

Tiene en sus manos, la mayor suma de tareas y responsabilidades, todas cruciales, y constituye el segundo dirigente que, junto a la ingeniero Martha Hernández, también doctora en Ciencias Organizacionales, la coordinadora regional general del partido Vente Venezuela y jefe del comando electoral, activa lo relacionado con “el seguro triunfo de nuestra candidata en las elecciones del 22 de octubre, primer paso para ganar las elecciones presidenciales del venidero 2024”.

-Todo el mundo, a nivel planetario, sabe muy bien lo que ocurre en Venezuela. Fuimos un país muy apreciado, y envidiado también, que figuró por derecho propio entre los que mayor velocidad imprimió a su progreso, tratando –y lo logró- de dejar atrás su condición de subdesarrollo. Fue una lucha dura en la que el pueblo y los gobiernos democráticos trabajaron arduamente, hasta lograr entrar en el milenio actual perfectamente, en el justo nivel. Nuestras riquezas, tanto la petrolera como dueña de la mayoría de los minerales estratégicos de gran demanda universal, sin olvidar su ejemplo de paz, de convivencia, de justicia social, que la daban el trabajo de su gente, se manejaban con mucho interés porque era del país y de los ciudadanos, defensa que cada día se reforzaba con planes y programas que buscaban un mejor desarrollo.

Lobo Díaz en su razonamiento, explica, hecho por hecho, todas las principales acciones que conformaron el desarrollo de la Venezuela que, a partir de 1958, se abría a la libertad: progreso en la ejecución de nuevas arterias que requería el país para entrelazar mejor, por modernas carreteras y autopistas, a la provincia con la capital; larga sucesión de hospitales generales, centros asistenciales y red de medicaturas rurales, con medicina gratis y adecuada atención de pacientes, escuelas en todos los rincones de la geografía, así como centros de educación secundaria, tecnológica y universitaria; modernización de la administración pública: mayor inversión de recursos para los estados y libertad abierta para la ejecución de realidades en las gobernaciones, que mejoró con el advenimiento de la elección de los mandatarios y alcaldes regionales, junto con la descentralización tan anhelada y provechosa mientras duró en ejercicio.

-Es decir, Venezuela avanzó hacia el siglo XXI en perfectos niveles de bonanza. Porque sus gobernantes, serios, responsables, democráticos, actuaban por y para el pueblo. Por supuesto, había serios enfrentamientos por razones estrictamente políticas, pero nadie, absolutamente nadie, irrespetaba la carta magna. Esa Venezuela, que se iba perfeccionando en la medida del crecimiento logrado y la buena acción de sus ciudadanos en conjunto, marchaba.

-.¿Se confiaba en la democracia, que generaba progreso? ¿Eso es cierto?

-La democracia, aunque con errores, se perfeccionaba y atendía las necesidades de la gente. Había libertad, sin duda alguna. Si bien hubo guerrillas, las mismas se vencieron y se acogieron, respetuosas, a la legalidad, prevaleció la paz. Se atentó contra el Estado, sí, fueron los de la extrema derecha y de la extrema izquierda, pero se les venció, y el país recobró su paz y su progreso. Hasta que la felonía llegó y el 4 de febrero se quebró la república por la acción denigrante del odio y del reconcomio que venía gestándose.

El entrevistado clama ante el periodista su verdad:

-El resto de la historia todo el mundo la conoce.  A la democracia la mataron para sustituirla por el socialismo. En su larga agonía, sintió que sus victimarios, prevalidos del engaño, lo que pretendieron, y lograron, fue imponer un sistema extraño al pueblo nuestro que, a la fecha, se rechaza. Nunca como antes, entramos en el torcido camino que nos lleva, de seguir en el poder, hacia la destrucción Y eso, amigo mío, hay que detenerlo.

-¿Cómo lograrlo? ¿Acaso hay fuera suficiente, con la razón por delante, que facilite esa intención?

-Sí, lo afirmo. Estoy plenamente convencido. Esa fuerza la tiene la gente, ya lo ha demostrado, sólo que requería de una voz, de un mensaje, de una actitud suficiente que, demostrando inteligencia, don de mando, experiencia y mucha pasión por el país y su gente, apareciese como necesaria…

-¿María Corina Machado?

-Sí, no hay duda. En veinte años de trayectoria política ha demostrado capacidad, dedicación y entrega. Eso se le admira. Su pensamiento es claro, determinante. Quizás se le teme porque tiene, bien ganada, una trayectoria como pocos han tenido los que le adversan. El pueblo ya la entendió y la aceptó como auténtica (…) Por eso la siguen multitudes.

-Con honestidad, ¿usted cree que logrará enrumbar a Venezuela? Son muchos los peligros que sus enemigos le ponen en su carrera hacia la nominación.

-Mire, amigo mío, yo manejo cifras, analizo situaciones, estoy al tanto de lo que en el país sucede a diario; conozco a Mérida y a los merideños. Puedo afirmar que el suceso que significa la presencia de nuestra líder en el escenario actual, es bien recibida. La gente, de eso hay pruebas a diario, está clara, decidida y no cambiará a estas alturas del compromiso contraído con el país. Ya los venezolanos se hastiaron de tanto engaño, de tanta mentira, de tantos errores. Quieren un país, mejor al que tenían ante de llegar la revolución, que frenó todo, retrocedió todo, evolucionó hacia el pasado y reprime en todo sentido porque sabe que falló y que el pueblo no le perdona.

-¿Acaso no es triunfalismo lo que usted indica?

-Para nada. Es producto de reflexiones, de comparar lo de ayer con el duro presente; examinar el mensaje de cada uno de los aspirantes, de su historial político, de lo que pregonan. Creo, con toda honestidad, que María Corina lleva una abrumadora ventaja en todo sentido, que reflejan no solo las encuestas, lo admiten los más expertos estudiosos y sobre todo el pueblo, en cada calle de cada rincón de Venezuela que, admito, ya adquirió categoría de fenómeno, puede decirse, como le escuché señalar a José Sánchez, el humilde pero sincero coordinador de campaña en El Quinó, el más apartado lugar de la geografía merideña. Su expresión le salió del alma, y bien sabe todo el mundo que el campesino no miente. Eso está probado.