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Por Inés Santaeulalia

(Bogotá 07/07/23) Si algo no se le puede negar a María Corina Machado (Caracas, 1967) es la resistencia. Su nombre había pasado casi al olvido en los últimos años en Venezuela, ignorada tanto por el Gobierno de Maduro como por la oposición. Pero hoy es el que más se pronuncia dentro y fuera del país. La política que representa el ala más radical del antichavismo se afianza en las encuestas de las primarias que se celebrarán en octubre para elegir el candidato que deberá enfrentarse a Maduro en las presidenciales de 2024. Ella, que en los últimos años había renegado de la participación electoral por considerar que legitimaba al chavismo, se prepara ahora para unir bajo su papeleta a todas las fuerzas democráticas, que miran incrédulas su ascenso en unos sondeos que ya le dan más del 50% de los apoyos. Considera que su reciente inhabilitación le ha agregado “atractivo” a la consulta y, si la gana, está dispuesta a sentarse con Maduro.
Machado está en su momento y se le nota en el tono, muy calmado. También en el mensaje, muy moderado. Si durante años defendió un final por la fuerza para acabar con el chavismo, ahora solo se refiere a la fuerza y la energía de los venezolanos para liderar una transición que define como democrática, ordenada y solvente. Considera que este no es el momento de la ideología y que el dolor todos los venezolanos y de las familias separadas -ella misma tiene a sus tres hijos fuera- une a todos los sectores, incluidas las bases chavistas. Es lo que ella llama una “dimensión existencial y espiritual” con la fuerza suficiente para acabar con Maduro en las urnas.
Pregunta: ¿Sabe por qué la han inhabilitado?
Respuesta: La verdad es que no sé el razonamiento formal, pero sí la razón detrás de eso: que el régimen tiene miedo, no hay ninguna duda.

P. ¿Cambia algo para usted esa decisión?
R. Sí, le da a las primarias una nueva dimensión, le agrega un elemento de desafío al sistema. Ya no es solo el contraste de visiones de distintos grupos que legítimamente estamos participando en este proceso. Hay mucha gente que me dice estos días ‘yo te habilito con mi voto’. Le ha agregado atractivo y fuerza al proceso.

P. Es conocido que no guarda relación con algunos líderes opositores, ¿le han expresado su apoyo estos días?
R. He hablado prácticamente con todos y la verdad es que con la mayoría tengo una relación muy respetuosa, con algunos incluso afectuosa.

P. ¿Qué hará si gana las primarias?
R. Hace mucho tiempo que los venezolanos no tenemos la posibilidad de elegir limpiamente y eso va a ser una experiencia muy cohesionadora. La lucha en la que estamos ahora no es una lucha ideológica, va mucho más allá. Todas esas divisiones que el chavismo provocó se han ido demoliendo con la destrucción de nuestra economía y de la calidad de vida, pero sobre todo con la separación de la familia. Siento que esa unión entre el país ya se está dando. Lo primero que tengo que hacer, si gano la primaria, es asegurarme de que todo el mundo sienta que es un proyecto común, un proceso que no va a buscar revanchas ni a pasar facturas, sino buscar espacios de consenso. Voy a tener que hacer un esfuerzo enorme en contactar líderes internacionales del mundo democrático, y no tan democrático, para alinearnos sobre cómo hacerle entender al régimen que en su mejor interés está no obstaculizar un proceso electoral competitivo.

P. ¿Se sentaría a negociar con Maduro para sentar las bases de un proceso democrático?
R. Hay que hacer cinco cosas a la vez. La primera es unir al país. La segunda, es que acto seguido estaría contactando a Petro, a Lula, a AMLO, a Alberto Fernández, para decirles que los necesitamos para que le hagan entender a Maduro que eso es lo que la comunidad internacional exige. Esos son actores que pueden hacer mucho para avanzar. En tercer lugar, hay que concretar cuáles son las condiciones indispensables para la competitividad de la elección. En cuarto lugar, sí arrancaría una nueva etapa de negociación, que tendrían una posición relativamente distinta a la que existe ahora, en donde no hay un liderazgo con legitimidad, donde hay distintas posiciones entre distintos sectores de la oposición venezolana. Con la primaria habría una coordinación de representatividad clara. Ahí se puede plantear un nuevo período de negociación con términos muy claros para buscar una salida democrática. Y por último, hay que alinear a un conjunto de actores que tienen intereses en Venezuela para decirles que primero hay que recapitalizar el país para que los venezolanos puedan tener condiciones de vida mucho mejores y, en paralelo, ir generando grandes oportunidades de inversión.

P. ¿Hay tiempo para llegar a unas elecciones justas en 2024?
R. Después de las primarias quedarían 14 meses. Yo creo que es mucho tiempo.

P. Ha defendido que la participación electoral de la oposición legitima a Maduro. ¿Ha cambiado de idea?
R. Yo participé en muchas elecciones hasta 2015. A partir de ahí, el régimen puso en práctica un conjunto de mecanismos que hacía de las elecciones meros actos de simulación. Ahora, es importante no confundir fines y medios y el fin es la construcción de una nación democrática y libre. Medios lo hemos intentado todos: la protesta, la negociación, la presión internacional, la elección. Ha habido 35 elecciones en Venezuela en 20 años y en todas ha habido una gran manipulación. ¿Cuál es la diferencia ahora? Hemos aprendido mucho de los mecanismos del régimen, nos hemos ido fortaleciendo, hemos puesto los pies en la tierra. Esto no es una elección como la que pueden tener en España o en Colombia, aquí estamos frente a una tiranía dispuesta a todo. Este es un proceso de construcción de fuerzas y las primarias son un catalizador, una oportunidad para sumar a muchos factores que hasta hace muy poco habían tirado la toalla con Venezuela. Hay una oportunidad real y creciente de derrotar a Maduro.

P. ¿Y si Maduro decide adelantar las elecciones o no se dan las condiciones?
R. No voy a especular sobre escenarios que que son absolutamente inciertos. Ellos han demostrado en el pasado que están dispuestos a hacer cualquier cosa, a menos que las condiciones o las circunstancias que nosotros construyamos se lo impidan. Yo dedico todo mi tiempo a que esta organización crezca para comprometer al mundo en la importancia de este momento y para elevarle el costo de los disparates al régimen.

P. Si gana las primarias, por ejemplo, Henrique Capriles, ¿hará campaña por él?
R. Hemos acordado que el candidato que gane va a tener el reconocimiento de todos los demás candidatos. No hay ninguna duda.

P. ¿Él la haría por usted?
R. No sé. La primaria nos da mucho más que un candidato, nos da la oportunidad de elegir un liderazgo al que le va a tocar abrir un camino para lograr tanto una fecha como los términos de la elección. También nos va a dar un interlocutor claro, unificado y legítimo frente a la comunidad internacional, que creo que es uno de los problemas que hay hoy. Hay distintas visiones y distintas estrategias que generan esa disonancia fuera y que paralizan a alguna gente, a otros les da la excusa para no hacer nada.

P. ¿Cómo lograr que Maduro se abra a negociar?
R. Hay que crear los incentivos y ver cómo vamos a manejar el proceso de transición y la relación con los actores que estuvieron más de 20 años en el poder. Hay que facilitar el proceso de negociación, pero también hacerles entender que, de no aceptarlo, la situación en Venezuela sería cada vez más difícil para ellos.

P. ¿Qué haría con los líderes del chavismo si llega a la Presidencia?
R. No podemos generalizar porque hay de todo. Desde quienes están involucrados en crímenes de lesa humanidad y están siendo investigados en la Corte Penal Internacional hasta aquellos que han sido a su vez a víctimas y prisioneros del sistema.

P. ¿Se plantearía garantizarle la inmunidad a Maduro?
R. Lo que yo le garantizaría a Maduro es la justicia justa, igual que a todos los venezolanos.

P. ¿Por qué fracasó el gobierno interino?
R. Hubo errores internos y errores externos. Creo que Juan Guaidó fue rodeado por un grupo de partidos que no le dieron un margen de acción, que al final terminaron imponiendo sus intereses y él sucumbió a ese control. También se subestimó lo que el régimen estaba dispuesto a hacer con tal de preservar el poder. Creer que esto es un sistema dictatorial con una estructura jerárquica es un error. Este es un sistema criminal con una estructura heterárquica. Los incentivos son muy complejos y se utilizó un abordaje equivocado con el régimen y con las fuerzas armadas.

P. ¿Cuándo defendía un final por la fuerza del chavismo, a qué se refería?
R. Más gente organizada con una narrativa, donde tú persuades a actores internacionales que tienen mecanismos de presión, cerrando alguno de los flujos de dinero, de información, de armas. Lo que ha sucedido es que la sociedad venezolana lo ha dado todo en varias oportunidades y en las últimas etapas ha habido actores de altísima responsabilidad en el liderazgo que por un motivo u otro han desistido de la estrategia. Esto dejó una enorme decepción, hay gente que se siente muy traicionada. Es tremendamente esperanzador ver cómo eso se ha esfumado en cuestión de meses.

P. ¿Cree que en algún momento existió la posibilidad de acabar con Maduro a través de una acción militar?
R. Lo que nosotros estábamos diciéndole a la política internacional es que aquí hay un país que se ha levantado, un país que está sufriendo una catástrofe humanitaria y que tienen la responsabilidad de asistir y de animar. Ese fue el planteamiento. Las acciones militares las ha ejecutado el chavismo. Y cuando hablan de invasión, aquí la invasión real la han hecho los cubanos, rusos, Irán, la guerrilla colombiana, los cárteles del narcotráfico, a quienes el régimen les ha entregado más de la mitad del territorio venezolano.

P. ¿Cómo ve el papel actual de Estados Unidos?
R. Errático.

P. ¿Por qué?
R. En muchos casos confunde a la sociedad venezolana en términos de cuál es la posición firme. Y esto es muy importante. Se están configurando unas condiciones que nunca se habían dado en Venezuela. La sociedad no tiene armas largas, las tiene el régimen, pero el régimen ya no tiene gente, la gente la tenemos nosotros. El régimen también se está quedando sin plata. La moral de la sociedad es muy importante para nosotros, saber que no estamos solos. El mundo debe entender que una niña venezolana cuando llega a los cinco años tiene ocho centímetros menos de lo que es su potencial, que lo que está ocurriendo aquí es una catástrofe humana tremenda. Que no exista el cinismo de algunos actores que dicen que esto es una narrativa, que es la derecha extrema que inventa mentiras. ¡Por el amor de Dios, esto no es un tema ideológico!

P. Tiene tres hijos fuera, ¿nunca ha pensado irse del país?
R. Saqué a mis hijos porque recibí amenazas de muerte, aunque ellos no querían irse, no me querían dejar sola. Los saqué uno por uno y no sabes la culpa que sentí de no poder estar en los días de graduación… Cuando Enrique, el menor, se fue a graduar, esa noche estuve a punto [de irme del país]. Creo que fue el momento más difícil de mi vida, porque de alguna manera sentía que que yo estaba haciendo esto por mis hijos, pero al final les estaba fallando como mamá. Me puedo puedo ir, el problema es que no me dejan regresar.

P. ¿Confía en la buena intención de Petro para lograr una salida democrática en Venezuela?

R. A estas alturas Petro se tiene que haberse dado cuenta de que no se puede mantener esta situación en Venezuela, sus problemas se van a incrementar también: la migración no va a parar, tampoco la presión de esa zona gris de la frontera. También debe saber ya que Maduro ni quiere ni puede resolver su problema con el ELN, porque, además, Maduro es socio del ELN.

P. ¿Piensa que los países actúan sobre Venezuela según su propio beneficio?
R. Esa es la historia de la humanidad. Lo que pasa es que en muchos casos uno logra alinear los intereses de esos otros actores con los intereses de tu país, y eso es lo que yo estoy trabajando. El que crea que Nicolás Maduro puede contribuir a resolver un problema energético en cualquier parte del mundo, es que no entiende nada de materia energética. Desde cualquier punto de vista, a todos los países les conviene una transición democrática, ordenada y solvente. Y eso es lo que representamos nosotros.

P. ¿Cree que Maduro se reuniría con usted si gana las primarias?
R. Le tocará negociar conmigo.

P. ¿Está dispuesta a ir al Palacio de Miraflores a hablar con él?
R. Está por verse dónde sería, pero sí abordaría los temas que garanticen que Venezuela va hacia una transición democrática, sin duda.

P. En la región las últimas victorias han sido para la izquierda. ¿Usted llevaría a la derecha a Venezuela?
R. El problema con la izquierda es que todo lo que está a su derecha, para ellos es extrema derecha. Yo soy liberal y es una filosofía de vida, va mucho más allá de una propuesta política.

 

Entrevista con el diario El País