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La corrupción y el fortalecimiento de gobiernos autoritarios son dos factores que contribuyen de manera significativa a la producción de pobreza y a la erosión de la democracia en todo el mundo, con énfasis y especialmente en Venezuela.

El socialismo, en cualquiera de sus variantes, se ha caracterizado por su obsesión con la planificación centralizada, falta de transparencia y el control de los mercados; prácticas que han sido las principales causas de la corrupción y en consecuencia, de la generación de pobreza. La planificación centralizada, al concentrar el poder en manos de un pequeño grupo de burócratas, crea incentivos para abusar de su posición y aprovecharse de la situación en su propio beneficio.

Ahora bien, las cosas no deben seguir siendo así. El implementar mejores prácticas y mayores libertades individuales, acompañados de la puesta en marcha de gobiernos abiertos son un antídoto contra la corrupción y por ende contra la pobreza. Al promover la transparencia, rendición de cuentas y participación ciudadana, se fortalece la confianza de los ciudadanos en la política y se crean incentivos para que las autoridades actúen responsablemente y en aras del bien común.

Es importante que la ciudadanía asuma un papel activo y presione a las autoridades para que adopten políticas transparentes y responsables. En este sentido, María Corina Machado representa y promueve las ideas de un gobierno limitado, con libertades económicas, y se ha destacado por su rechazo al socialismo en todas sus versiones. Propone una política que incentive el libre desarrollo del individuo, un Estado al servicio ciudadano y una política económica de libre mercado. Solo así podremos construir un futuro más justo y próspero para todos los venezolanos, reducir la incidencia de la pobreza y la corrupción en el país.

 

Hasta la próxima semana

@pgalvisve

 

María Corina: Mi propósito es sacar al régimen del poder

El desafío para recuperar la libertad y democracia – Por Pedro Galvis