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(Lechería. 25/10/2022) La proliferación de construcciones irregulares se intensifica en Lechería, afectando la armonía de la ciudad. Así lo aseguró Pedro Galvis, coordinador del partido Vente en el municipio Urbaneja de Anzoátegui.

«Ya son múltiples las manifestaciones de disconformidad de los vecinos con la forma en la que se conceden permisos de construcción a obras que violentan las ordenanzas de urbanismo», precisó Galvis.

Asimismo, refirió como ejemplos la construcción al lado del museo Dimitrus Demu, que recientemente un tribunal ordenó paralizar mediante un Edicto de Obra Nueva, porque su ejecución está dañando la infraestructura del icónico museo.

Rrecordó el caso de la construcción en Plaza Mayor, todavía en ejecución, a pesar del airado reclamo de la Asociación de Propietarios del Morro, quienes introdujeron recursos contra la continuidad de la obra.

El líder del partido de la libertad en la entidad, comentó que «están cambiando negativamente la imagen de la ciudad, no solo por permitir la construcción de obras de gran envergadura, sino también otras de menor tamaño, como la que están desarrollando en el bulevar de Playa Mansa, donde están colocando los cimientos y rellenando el terreno, que no cumple con las variables urbanas o las que ordena el Instituto Nacional de Espacios Acuáticos (INEA). Situación que también ocurre con la remodelación del conocido local OURA, ubicado frente a las costas de la bahía de Lecheria».

Pedro Galvis señaló que sistemáticamente, están privando de las vistas de las playas: «pareciera que están privatizando bienes de interés cultural y recreacional. Nos expropian los espacios públicos”.

Agregó que estas construcciones frente a las costas, producirán daños al medioambiente y la contaminación de las aguas de las playas del municipio. Y lo calificó como crímenes ecológicos, por los que tendrán que pagar algún día, puntualizó.

El dirigente del partido liberal argumentó la alcaldía de Lechería, marcha en contra vía, a las tendencias de las mejores prácticas de las ciudades modernas, que, a su juicio, privilegian la creación de espacios para la gente, en lugar de reducirlos, y que rinden cuentas de su gestión con transparencia.

«En Urbaneja no se maneja con esa visión. Lechería necesita un gobierno abierto, eficiente y transparente que escuche y atienda las demandas y sugerencias ciudadanas», concluyó.

 

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