Sin excesiva sorpresa escuché decir a un diputado, ex candidato sopero, seudoreligioso, que tiene más cara de ser correligionario del régimen que de opositor, sin incluir la relación familiar con el jefe del clan exterminador, “que no se podía hacer unas elecciones primarias sin el CNE y luego ir a unas elecciones nacionales con el mismo CNE» y se preguntaba quién legitima.
Reconozco que en principio me pasó por la mente que era cosa de politiqueros. Y este, por lo demás, era uno más del chiquero al que no le importa manipular la biblia y la información si esto les conviene políticamente. Pero, luego de un breve análisis me dije: esto en realidad no es pobreza mental, aunque puede haber algo de esto porque nunca han mostrado nada para proponerle al país, más que sopa en algunas calles y un supuesto amor a Cristo. Que luego se vio que su Cristo era el signo del dólar.
Pero, esto se hace con toda intención y tiene un propósito y un trasfondo, y no es otro que atacar la propuesta de María Corina Machado de renovar, a través de un proceso electoral, la dirigencia opositora del país para reimpulsar la lucha para expulsar del poder a este régimen criminal.
El enquistado grupo del G-4 no quiere, por razones egoístas, ideológicas o locheras, entender o aceptar que hace falta una dirigencia opositora que elabore nuevas estrategias, con metas y objetivos definidos que diriman entre lo conveniente o no para el país. Así como, descubrir que hay una nación distinta a esta bestialidad de miseria que se vive y que los que deseamos vivir mejor, somos más.
Pues bien, será que no podemos los venezolanos decentes reunirnos y hacer unas normas electorales, o estos personeros creen que no hay capacidad en los venezolanos para organizar un proceso que se respete, y sin involucrar elementos discordantes y contrarios al sentir de la oposición o el hecho de reconocer el derecho al voto de los venezolanos en el extranjero que, por lo demás, siempre han PARTICIPADO. Y si vamos a hablar de legitimidad, qué mejor legitimidad que la que brinda el pueblo con su participación, si la constitución dice que la soberanía reside intransferiblemente en el pueblo, púes el pueblo libre legitima a través del voto.
Si quieren hablar de la falta de un proyecto que ellos nunca han presentado, más allá de los eufemismos, usados por todos los socialistas, que cambian las palabras, y en el fondo, todos proponen lo mismo. He ahí la razón por la que se entienden a la perfección.
Ahora bien, para enfrentar y erradicar este socialismo es menester estar preparados en todos los escenarios; políticos, social, económico, laboral, alimenticio, productivo, ecológico, tecnológico… y para todas estas lides hay un proyecto país que demostrará que no se va a llegar a improvisar, si no, por el contrario, se asumirá con determinación el proceso de establecer los cambios, desde lo más profundo, para desarraigar la corrupción institucional. Para lograr una transformación plena con la cual convertir este Estado deprimido y hundido en la miseria en una nación próspera y con esperanza. Para ello existe un proyecto ambicioso, hermoso, que hace crecer la esperanza en la gente decente y trabajadora del país.
Venezuela Tierra de Gracia, despejará toda duda, y abrirá nuevos horizontes, para los más jóvenes y los no tan jóvenes, que preservan ese fuego ardiente de convertir la desgracia, en un mundo de oportunidades.