Después de su exitoso performance con el fetiche de la espada de Bolívar. Y de la travesura de llamar, vengativamente, República y no reino, a España, por no pararse el rey ante dicha espada, el señor Gustavo Petro vuelve a insistir en la leyenda negra española, al estilo burdo del presidente mexicano Andrés López Obrador.
Esta vez, aprovecha un tuit de la cuenta “Historia de Colombia”, que rememora la fundación de Santa Fe de Bogotá, el 6 de agosto de 1538, por parte del adelantado español Gonzalo Jiménez de Quesada. Petro hace un re-tuit, para responder que:
“Bogotá no fue fundada por Jiménez Quesada, ya existía”.
Para luego agregar:
“La historia indígena no debe ser borrada, dado que existió. Al borrar esa historia sólo se impone un relato falso. El de los conquistadores que asesinaron esos indígenas” …
Lo falso es todo lo que dice Petro. En primer lugar, claro que existía Bogotá, no como una ciudad en el sentido español del concepto, sino como un territorio de caza y tránsito, en el que acampaban grupos muiscas o chibchas, de entonces. Y tanto, que se reconoce tal condición que la toponimia del vocablo indígena “Bogotá”, se mantuvo hasta nuestros días. La nueva ciudad fundada entonces se llamaría Santa Fe de Bogotá, diseñada y desarrollada arquitectónicamente según el modelo urbano español.
El siguiente párrafo del Petro tuit, es aún más falso.
Historia es lo que se escribe del pasado. Los aborígenes americanos no disponían de escritura. Por tanto, no podían escribir su historia. Lo que sí tienen es pasado. Por supuesto que existieron. Tanto, que sus lenguas, sus mitologías fueron rescatadas por los religiosos españoles, gracias a lo cual, parte de su pasado se ha preservado. Y aún hoy se hablan sus lenguas. Los españoles no exterminaron, sino que asimilaron población. Allí la gran diferencia con el resto de las experiencias imperiales.
Jiménez de Quesada jamás tuvo ejércitos como para conquistar y “asesinar”. Halló una región hostil porque los aborígenes guerreaban entre ellos y que, por cierto, contribuyó en pacificar, a cambio de que se aceptara formar parte de un imperio civilizador.
Petro sabe todo esto. Pero, él reúsa la leyenda negra para alimentar los odios históricos que explota su trasnochada ideología conflictivista. Él sabe bien que es una estupidez lo que dice. Pero de eso se trata la “idiotez premeditada.