«El calvario del portugueseño tiene nombre de revolución y se viste de rojo».
Los portugueseños, quienes hemos sido un pueblo dotado por el creador de un gran espíritu de resistencia, nos encontramos en un nivel insostenible para el desarrollo de cualquier sociedad medianamente establecida sobre el desarrollo de la vida, la agricultura y el comercio en la actualidad.
Nuestro estado ha sido víctima de los rufianes que han suplantado el puesto de ministros en materia de electricidad y agua. En las últimas dos décadas, el nivel de deterioro podría ubicarse en los de 1960. El proceso continuado de una Portuguesa fracturada, quebrada y con los servicios básicos es atroz.
Si algún mal estamos pagando los habitantes de este hermoso estado, considero que ya hemos pagado lo suficiente. Basta de tanto abuso, nos denigran a un calvario que el venezolano no debe volver a vivir jamás.
Los cortes eléctricos en el casco central, dónde el comercio depende de este para sobrevivir a la grave crisis, prácticamente es proporcional a «la voluntad de la mano que mece la cuna»; pues no hay horario para dicho corte y puede ser repetitivo en un mismo día.
«la ostentosa vida de los funcionarios públicos se contrapone a la grave crisis sanitaria»
El servicio de agua es escaso, y en muchas partes tiene más de cinco años que no recorre las tuberías de nuestros hogares. Es tan grave que, cuatro de los últimos supuesto alcaldes que han asumido el cargo, lo han hecho en la mayoría de municipios bajo la promesa de intentar arreglar de alguna forma este asunto. Sin ningún resultado favorable luego de dejar el cargo.
Parece un sacrilegio que en pleno siglo XXI, en un país petrolero, no se encuentre gasolina o que sea escaso encontrarlo. Estamos dando una gran lección al mundo de que no importe cuan rico sea un país; siempre que sea socialista habrá escasez hasta del mineral más abundante.
La ostentosa vida de los funcionarios públicos se contrapone a la grave crisis sanitaria y de servicios públicos que afecta a la mayoría de los ciudadanos. Es una realidad que mientras unos exhiben los grandes aportes del Estado en vehículos del último año, importados desde países lejanos. Otros enfrentan la cruel agonía de no tener un pan para servir en la mesa.
Portuguesa siendo el granero del país y con unos talento prominentes por explotar en comercio, agroindustria, tecnología, turismo, educación, hoy la tierra del centauro de los llanos hierba en el sazón de los incapaces.
Coord. Vente Joven Portuguesa