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Durante toda la semana el país se vió conmocionado por una nueva jornada de protestas por parte de los sectores educativos, universitarios, trabajadores de la salud, del sector público, así como de los jubilados y pensionados, que reclamaban por la aplicación del instructivo ONAPRE, la falta de pago del bono vacacional y por el deterioro del poder adquisitivo por los bajos sueldos y salarios.

Este polémico instructivo ONAPRE fue bautizado por el régimen de Maduro como el “proceso de ajuste del Sistema de Remuneración de la Administración Pública, Convenciones Colectivas, Tablas Especiales y Empresas Estratégicas”.

El cual, en clara violación de la Constitución Nacional, leyes y actas convenio suscritas por los diversos sectores de los trabajadores públicos en el país, elimina de manera unilateral las escalas salariales, disminuye las primas y bonos salariales, lo que representa un duro golpe a los bolsillos de millones de familias venezolanas.

En el caso del sector educación, el cual esperaba que en el mes de julio fuese cancelado el Bono Vacacional y Recreacional 2022, fue la gota que derramó el vaso, para que los afectados salieran en justa protesta por este beneficio adquirido. Pero también protestaban el resto de los empleados públicos, ya que el sueldo mínimo equivalente a 30 dólares no alcanza para cubrir ni el 10% del valor de la cesta básica.

El pago del bono vacacional a los docentes y maestros, fue abonado a sus cuentas fraccionado y de paso se pagó tomando como referencia el salario de 2021 (1,52 dólares al mes), ya que la ONAPRE argumentó que aún no ha sido firmada la nueva convención laboral.

Y en el caso del sector universitario que debió recibir el pago del Bono Vacacional antes del 20 de julio, este no fue cancelado, y entre los entes del régimen se pasaban la pelota sin dar una respuesta concreta del pago de este beneficio.

El pasado 2 de agosto, de manera inconsulta con el sector universitario, la Federación de Trabajadores Universitarios de Venezuela llegó a un acuerdo con el régimen para el pago fraccionado del Bono Vacacional, quedando para pagar 10 días en agosto, 10 días en septiembre, 10 días en octubre y el resto quedaría pendiente para pagar en el año 2023, lo que representa una gran burla al sector y un duro golpe a millones de familias venezolanas.

La intensa jornada de protestas que se escenificó en el país, y la presión de calle que millones de venezolanos ejercieron, dió como resultado que el pasado viernes 12, el régimen tomara la decisión de cancelar completo el restante del Bono Vacacional al sector educativo y universitario, anunciado para esta semana.

Aunque desde el régimen se aseguraba que no había dinero para cancelar, pero para otras cosas menos importantes si lo tenga, ahora como por arte de magia el dinero está disponible.

La gran pregunta es: ¿Quién ganó?

¿Los empleados públicos que se quitaron el miedo y decidieron salir a la calle a reclamar por sus derechos?

¿El régimen que una vez pone a prueba sus experimentos sociales, y de nuevo le explota en la cara y al tenerle temor a que las protestas crecieran, cede para ahora quedar ellos como el salvador y el benefactor?

¿La FTUV que después de haber negociado de manera inconsulta, los derechos de los trabajadores universitarios, ahora saldrán apoyando las medidas del Régimen y adjudicándose la victoria?

Lamentablemente el gran perdedor siempre es el venezolano que está cansado de vivir la miseria en la que el régimen, por más de 20 años de socialismo, ha hundido al país

 

César Tablante

Dirigente de Vente Barinas