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El título de este artículo seguramente les traerá recuerdos de un conocido reality televisivo de hace algunos años a algunos de ustedes. Pero la intención no es hablarles de ese reality, ni de la carta al Niño Jesús, ni de una lista de deseos en tono de pensamiento positivista.

De lo que quiero hablar es de futuro. De nuestro futuro en Venezuela. Sí, has leído bien, en nuestro país, porque aunque parezca cuesta arriba, tenemos en nuestras manos la gran oportunidad de transformarlo en EL modelo regional de lucha y erradicación del socialismo y todos sus males, un modelo de prosperidad, innovación, respeto y relevancia del individuo y de la ciudadanía. Un faro de luz entre tanta oscuridad que en estos tiempos parece avanzar en Latinoamérica. Una verdadera Tierra de Gracia.

Soy una convencida de que el futuro no es una fecha específica, ni un período cronológico exclusivamente. Para mí, el futuro es una forma de pensar, que me permite mirar todo lo que quiero y es factible hacia adelante, escudriñar los desafíos que se deben superar para alcanzarlo, y en consecuencia, me resulta imprescindible pensar en futuro, para trabajar hoy con los pies sobre la tierra en el diseño del presente, de la guía de navegación cotidiana que me garantice avanzar hacia aquella meta que quiero alcanzar.

Normalmente, se suele decir a los jóvenes: «tienes toda la vida por delante, un gran futuro», y esa será una frase cierta, pero al mismo tiempo es una frase vacía, si no les implica activarse en modo futuro desde el hoy. Por otra parte, las personas de mayor edad y experiencia, miran hacia atrás con la nostalgia de lo que pudo haber sido y no fue, que al final es lo mismo pero en sentido contrario, pues lo que están viviendo hoy es, indudablemente, consecuencia de lo hecho ayer, es decir que ese «pudo haber sido» sólo cambiaría con otras decisiones y acciones en aquel momento.

Y antes de que me digan que me estoy pareciendo a un libro de auto ayuda, lo que quiero significar es el mensaje principal de este artículo, que además para mí tiene mucho más sentido en Venezuela: hay que atreverse a soñar en grande, a investigar e identificar esas oportunidades que podemos convertir en realidad si, desde hoy, asumimos ese futuro como un modo de pensar que nos genere un determinado modo de actuar en nuestra cotidianidad.

Por eso en @VenteVenezuela decimos que nuestra propuesta al país, Venezuela Tierra de Gracia, es un mapa de ruta a la libertad y la prosperidad, y así lo asumimos junto a las decenas de especialistas que con su enorme talento, experiencia, conocimiento y ganas, día tras día contribuyen con su diseño.

Es un mapa de ruta que nos establece, en primer lugar y como condición imprescindible, que tenemos que seguir luchando incansablemente y sin desvíos hasta alcanzar la libertad. Sin libertad, nada será posible.

Pero, de forma simultánea, trabajamos junto a los mejores en el diseño de las políticas públicas requeridas para activar y desplegar esa república liberal que sabemos es lo mejor que le puede suceder a Venezuela, porque es nuestro compromiso estar listos para arrancar de inmediato, una vez alcanzada la libertad y habiendo llegado al poder.

¿Por qué pensar en futuro es relevante, y yo diría que hasta cuestión de vida o muerte? Es indudable que en tiempos convulsionados como los que vivimos, y más particularmente en Venezuela, el entorno nos empuja a encerrarnos en la sobrevivencia, como modo de protección, incluso. Es normal, pero el peligro de estancarnos allí es que vamos perdiendo el foco, y crece entonces la tendencia a conformarnos porque «es lo que hay».

Para salir adelante, movernos, y avanzar hacia la libertad y hacia ese país que nos merecemos, tenemos que pensar en futuro, como una estrategia de salvación, ni más ni menos. Es el modo de que, sabiendo lo que es factible, conociendo a través de los especialistas lo que podemos llegar a ser como nación, comencemos a hacer desde hoy lo necesario para alcanzarlo. Cada uno desde su rol, su experiencia, su conocimiento, su espacio y sus ganas. Pero haciéndolo.

Por eso el título de este artículo es también una invitación a cada uno, para que desde su cancha, pensemos en ese futuro en libertad, con estado de derecho, centrado en el individuo que contará con todas las oportunidades que lo habiliten a ser capaz de surgir y prosperar por su propio esfuerzo y mérito, en un entorno de permanente innovación, con ética y valores ciudadanos, con un sistema de justicia liberal, un Estado pequeño, realmente al servicio del ciudadano, entre muchas otras cosas. Ubiquémonos en lo que podemos a llegar a ser: un país con un modelo educativo y un sistema de salud eficientes y eficaces; productor y exportador de energía limpia; destino obligado para el turismo de reencuentro; un amplio y moderno hub de comercio que sea puerta fluvial y aérea hacia toda la región; un país que haya demostrado que, de la mano de cada venezolano, dentro y fuera del país, logró erradicar al socialismo y construir una institucionalidad sólida a prueba de recaídas. Un país conectado con el mundo, pero cuyos lazos más fuertes serán con los luchadores y defensores de la libertad y la democracia.

Te pregunto entonces: ¿qué rol desempeñarías en ese país? ¿Dónde quieres estar en esa #VenezuelaTierraDeGracia? La invitación es a comenzar desde ya, pensar en futuro nos ayudará a enfocarnos, a separar la paja del trigo, a encontrar nuestro espacio y nuestro rol, y nos indicará a cada uno qué hacer para permanentemente avanzar. Hay mucho trabajo por delante, desde el municipio más pequeño hasta el nivel nacional, ¡y no hay tiempo que perder!

Si quieres conocer más de #VenezuelaTierraDeGracia, escríbenos a [email protected] y nos pondremos en contacto contigo. ¡Vente!

Catalina Ramos (@caramos61)

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