Skip to main content
immediate bitwave Library z-library project books on singlelogin official

Los liberales tenemos una capacidad que ignoramos, se trata de la posibilidad de realizarse autocríticas, de rectificar y de renovar el pensamiento.

¿Qué ha de significar renovar el liderazgo? Bien, la posibilidad de renovar, de replantear, no cabe en otra teoría más que en la libertad, porque es en ella donde tienes la actuación mental para poder evaluarse y ceder lo adecuado.

Ahora, cuando a liderazgos nos referimos, vemos una falsa percepción, una diferenciación entre el buen político y el indecente, los líderes tienen el poder para hacer cambiar el rumbo, pero es una falacia que solo lo cambian para bien, hay lideres negativos que llevan masas hacia un camino espinoso, la mayoría de ellos involucrados en casos de corrupción, en casos de asociaciones delictivas, entre otros.

Lo grave de esta exposición es cuando la continuidad de sus acciones conducen a masas de ciudadanos con grilletes de aire, rectos por un camino que no conduce a nada bueno, las masas conectadas por el pensamiento irracional y sin derecho a cambiar porque sus mismos lideres no lo permiten, porque no quieren la libertad racional del pensamiento, ya que ello solo conduciría a que el mismo individuo no se vea con un libreto de esperanza, un levantamiento de las masas es un líder con un poder pequeño.

En Venezuela, tal parece que lo expuesto es una realidad de parte y parte, por un lado tenemos un grupo de delincuentes que no pretenden soltar el poder; cada día haciendo más grande sus excusas, estando dentro del país como unos tigres pero frente a la comunidad internacional como un gato doméstico, claro está, recibiendo una gran ayuda de quienes hacen oposición a este poder, que con sus acciones erradas, lo único que hacen es fracturar la estructura interna y a su vez ayudan a atornillar a los delincuentes. En ellos existe una figura de autoritarismo, una vista de poca misión, colocándose en un cuadro con sus 4 esquinas, pero nada más, sacando de ellos a personas preparadas, trabajadoras o mejor perfiladas porque no pertenecen a una de las 4 esquinas, suturando en ello una escena de colores relativos disminuyendo que la única posibilidad de oposición es azul marina, blanca, naranja o amarilla, y ahora pregunto:

¿Cuál es el miedo de medir la temperatura de sus posibilidades?

Ya no es una cuestión de egos, se trata de resultados, la constante de acciones que se han hecho ya no representa la lucha del bien, han caído en un bucle del que necesitamos escapar. Los liderazgos han caducado y otros necesitan replantearse desde sus raíces, devolver ese poder a los ciudadanos y romper con los grilletes de aire, ya no necesitamos migajas de rodeos públicos, ni festivales electorales conducidos al desastre.

La importancia de legitimar a los líderes no es relativa, es firme, es completa, es razonable y no acepta medias plazas.

¿Queremos una verdadera unidad?

Unan los propósitos en pro a un fin, sacar a los delincuentes tornillo por tornillo, deslegitimarlo en toda proporción, y desestabilizarlo para que caiga por su propio peso.

Una manita mágica no tendrá efectos, los efectos lo hará el propósito de ello.

Es una realidad que hay que renovar liderazgos, no colocar a jóvenes para lavarse las manos en cargos opcionales o diminutos, se trata de la capacidad atribuir a las personas con mayor preparación, y hacerlo desde sus bases, desde el sentir del ciudadano que sufre en silencio todos los efectos-causa que a proporción de ello le es una consecuencia indirecta.

El deber de rescatar la libertad, comienza por el pensamiento, dejar la imposición desde ese “poder candidatable” y comenzar a pensar ¿Quién tiene que hacer qué?

Aún hay un roce de esperanza que se mantiene, sin embargo, es una esperanza frágil, político, no jueguen con ella. Unan el propósito y renueven el planteamiento, refresquen los liderazgos.

 

@9Sirvent

Coord. Vente Joven Carabobo