No se cree, que Venezuela siendo un pais con la mayor reserva de petróleo del mundo, de gas, con un arco minero que representa una significativa reserva de oro, diamantes, así como coltán, uranio y reserva importante del torio (thorium), se encuentre en las condiciones de devastación, reflejadas en las industrias básicas en franco deterioro, las instituciones educativas con baja calidad, la decadencia de muchas empresas y organismos públicos, en la cual sus trabajadores han visto como ha desmejorado su situación económica, laboral y la cultura organizacional, pasando de una fuerte en la cual se valoraba el mérito y la eficiencia a una débil, marcado por la corrupción e inoperancia.
No se cree, en un país que, además, es el décimo con mayor reserva de agua dulce, sierra maravillosa, llanuras fértiles, metros de áreas marítimas, playas, ríos y montañas; además, de muchas personas con formación universitaria, técnicos, especialistas en distintas áreas y artesanos; estemos en la situación de miseria, con altos niveles de pobreza, altas tasas de mortalidad infantil, desnutrición, muertes por falta de insumos médicos y el mayor éxodo en nuestra historia.
No se cree que en 22 años, de forma creciente se ha empobrecido a un país que sin duda, se encuentra en una guerra hibrida: unos saliendo del país, otros desplazados, algunos desalojados, grupos delictivos, la inmensa mayoría tratando de sobrevivir y algunos pocos con mucha abundancia, un país que algunos ven bonito en la fachada, pero que en su interior se desmorona cada día. Con un sistema totalitario, dictatorial y criminal, lo que indica que esta situación no se resuelve con votos, porque si asi fuera, desde hace tiempo ya tendríamos otra Venezuela, lo de elecciones es otra fachada más.
Y aunque no se crea, las negociaciones o diálogos se utilizan como herramientas para beneficiar a unos pocos y oxigenar al régimen, porque después de 13, llevados a cabo de distintas maneras, ¿Cuál ha sido el beneficio para los ciudadanos? Hasta ahora ni lo vemos, ni lo sentimos; por eso no se cree que algunos pseudo opositores, manifiesten que con votos se resuelven parte del problema de los venezolanos, y algunos ciudadanos creen esa posibilidad, aun cuando dicen que no confían en las instituciones, no crean que les vayan a dar el poder, que saben que les colocarán paralelos, protectores o como los quieran llamar. Entonces, ¿porqué siguen con esta farsa electoral del 21 de noviembre, cuando saben que no hay Estado de derecho? Por lo tanto, no hay garantía de que se respete el voto, lo que indica que participas pero NO ELIGES, aunado a ello, no se han liberado a los presos políticos, sigue la censura y cierre de programas o medios, las condiciones del sistema electoral actual. Con lo antes dicho, no se cree que se avance con unas disque elecciones regionales, por lo que no habrá cambio a nivel nacional, es decir, seguirá el mismo inquilino, el mismo TSJ y CNE, que al final del día tomarán las decisiones más convenientes al régimen; y lo que harán los que participen en la farsa electoral es contribuir a legitimar al régimen a nivel internacional. Por lo que participar es claudicar y conformarse con los pocos espacios que les quieran adjudicar.
El llamado es a seguir luchando hasta lograr un cambio político para salvar a Venezuela, que implica coraje y compromiso de cada uno de nosotros con la libertad. Pensemos qué deseamos para nosotros, nuestra familia y el país, así como el hecho de que tenemos derecho a vivir sin tantas penurias económicas, sociales, salud, inseguridad; merecemos paz, tranquilidad y prosperidad, que nos han sido arrebatado en estas últimas dos décadas. Tengamos esperanza y abonemos para mantener la fuerza ciudadana, que será la que finalmente logre la salida de este régimen.