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Las Organizaciones Kapé Kapé y Fe y Alegría han podido recopilar información referente al más reciente naufragio ocurrido en costas deltanas, en el que se registran al menos 18 desaparecidos.

De acuerdo a los datos documentados al menos 5 indígenas warao pertenecientes a la comunidad de Nabasanuka, ubicada en el municipio Antonio Díaz del estado Delta Amacuro, habrían fallecido en el siniestro del que sólo se ha podido conocer la supervivencia de 2 personas de nacionalidad trinitaria.

La embarcación, que de acuerdo a la información publicada, transportaba a 25 pasajeros que regresaban de intercambiar mercancía en Trinidad y Tobago, sería la segunda en naufragar en la ruta entre Venezuela y la isla caribeña en los últimos 6 meses.

Al respecto, desde el Comité de DDHH de Vente Venezuela, recordamos que para mayo de este mismo año la ONG Fundaredes denunciaba los casos de al menos otras 6 embarcaciones cuyos pasajeros habrían desaparecido sin que se ofrecieran operativos efectivos de búsqueda, ni se realizaran investigaciones oportunas, independientes y transparentes.

Los peligros que enfrentan quienes se ven forzados a huir de Venezuela de manera irregular, son los mismos que enfrentan diariamente quienes se ven en la necesidad de emprender estos viajes para asegurar unos ingresos mínimos que les permita sobrellevar la grave crisis y hacerle frente a las necesidades de alimentación de su grupo familiar.

Han sido incontables las denuncias sobre la crítica situación de hambruna, abandono y vulnerabilidad en la que se encuentran las comunidades del Delta, amenazadas también por la actuación de bandas criminales organizadas y grupos armados irregulares que operan en las costas como redes de trata de personas y otras formas de esclavitud moderna.

La tragedia que se vive en Delta Amacuro, desde donde salen más de 6 embarcaciones a diario por las zonas fluviales hacia Trinidad, refleja la gravedad del drama que se repite a lo largo de nuestro territorio y que empuja a los venezolanos a arriesgar sus vidas para escapar de la miseria en la que nos ha sumido el régimen de Maduro.

Ante esta realidad, desde nuestra organización hacemos nuevamente un llamado a la comunidad internacional a no ser espectadores del horror e implementar activamente mecanismos que puedan asegurar el cumplimiento de la responsabilidad que tienen las naciones del mundo, de proteger a aquellos que se ven vulnerados en todos y cada uno de sus derechos más elementales.