El enunciado en cabeza del siguiente texto se corresponde con el título de la novela «Crimen y castigo» del escritor ruso Fiódor Dostoyevski, publicada, en un primer momento, en 1866, y cuyo contenido la crítica lo ha insertado en el tipo de literatura de corte psicológico resultando unas de las obras de mayor influencia de la época cuando destacan brillantes plumas en las letras de la Rusia de entonces.
En sí, la obra relata la vida del personaje Rodión Raskólnikov, un estudiante quien debido a limitaciones económicas propias y familiares se ve obligado a detener sus estudios. En esta situación y para poder pagar gastos recurre a una anciana prestamista, empeña las pocas cosas de valor que poseía y presa de la frustración ante una serie de acontecimientos, más adelante, planifica y asesina a la referida anciana y a una hermana de ésta que se encontraba al momento, apoderándose del dinero de la víctima, con lo cual el autor da curso a una trama que culmina con el enjuiciamiento y condena penal del criminal previo admitir su autoría. Dicho personaje principal, con frecuencia hace uso de una interesante capacidad con visos de alguna racionalidad con lo cual procura y de alguna manera logra ocultar su irracionalidad criminal.
A los efectos del presente enfoque, cabe destacar la importancia de la referencia literaria en el campo de la criminología y dentro de esta, lo inherente a la psicología criminal por ser útil en la exploración del carácter subjetivo de la acción de ciertos criminales y en función del resultado dañino de dicha acción. Con esto, al estar frente a un hecho de reconocida naturaleza criminal se procede a descubrir aquellos factores que vinculan a los elementos del crimen, a saber: imputado, víctima, escena del crimen y medios de comisión conjugados con las circunstancias de tiempo, lugar y modo en tanto que determinantes en la verificación de la fenomenología criminal.
Esta observación y análisis llevan a establecer el carácter del criminal en su accionar a fin de determinar si se está por ejemplo frente a acción criminal instantánea y única, como por ejemplo en un homicidio producto de una controversia circunstancial entre dos sujetos, en la cual uno hace uso de un arma de fuego que acciona contra el otro dándole muerte o, de aquel evento en el cual el sujeto planifica la acción asegurándose su resultado de manera alevosa.
Otros crímenes pueden ser producto de acciones continuadas mediante una serie sucesiva de actividades conjuntas en la finalidad criminal configurando un complejo entramado donde pueden encontrarse criminales a modo de asesinos seriales, delitos continuados contra la propiedad privada y/o pública, así como, delitos continuados contra las personas y sus bienes, entre muchas modalidades. En todo caso, el elemento de comisión, así como, la determinación de víctima es relevante al momento de verificar el tejido del entramado en algunas acciones criminales.
Es de resaltar la capacidad de asombro que denota la persona ajena a la existencia de la complejidad de elementos que se pueden llegar a conjugar dentro de la criminalidad, asunto que se torna impresionante cuando una variedad de circunstancias determinantes del crimen se cruzan en la malla del tetraedro criminalístico haciendo mayor la exigencia en la determinación de hechos para procurar hacer efectivo el titulo de la novela crimen y castigo, y no la reiteración del crimen sin castigo generador de frustración y desesperanza adquirida en los afectados.
Asdrúbal Romero Silva
Abogado, Msc. en Ciencias Penales
Coordinador Estadal de Formación de Cuadros
@AsdrubalRomer16