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El 16 de julio del 2017, se realizó la «Consulta Popular» en la que se realizaron las siguientes preguntas:

1¿Rechaza y desconoce la realización de una Constituyente propuesta por Nicolás Maduro sin la aprobación previa del pueblo venezolano?

2 ¿Demanda a la Fuerza Armada Nacional y a todo funcionario público obedecer y defender la Constitución del año 1999 y respaldar las decisiones de la Asamblea Nacional?

3 ¿Aprueba que se proceda a la renovación de los poderes públicos de acuerdo a lo establecido en la Constitución, y a la realización de elecciones libres y transparentes así como la conformación de un gobierno de unión nacional para restituir el orden constitucional?

Esa consulta fue aprobada por mas de 7 millones de venezolanos. El 17 julio del año 2017 se convocó a la «hora cero» y se iba a celebrar un acuerdo para nombrar un gobierno de unidad nacional, un paro cívico de 24 horas y el nombramiento de los magistrados del TSJ, además, se anunciaba una «escalada definitiva».

Abruptamente y sin justificación alguna apagaron la calle y se lanzaron a la piscina sin agua de las elecciones de gobernadores del 2017. De allí vino el celebre mantra cese de la usurpación, gobierno de transición y elecciones Libres.

Después, llega el garrafal (cito): «La ayuda humanitaria va a entrar sí o sí a Venezuela, porque el usurpador va a tener que irse, sí o sí del país…»

Luego, el 6 de diciembre del año 2020, se decide no participar en las «elecciones» parlamentarias, porque no había condiciones para ello. El 9 de Diciembre de ese mismo año, Guaidó rechazó la oferta de diálogo de Maduro y pidió reconocimiento a la Unión Europea (UE). «Maduro hace uso de estos recursos, lamentablemente para ganar tiempo y no orientar soluciones», dijo Guaidó sobre la oferta de Maduro tras reunirse con líderes del Parlamento Europeo.

Ha sido un tobogán de indecisiones, de indefiniciones, de mala conducción política y de jugar al «ensayo y error» con el futuro de los venezolanos.

Hago una pregunta «ingenua»: ¿las condiciones electorales de hoy son distintas a las del 6D?

¿Porqué ahora si debemos participar y el 6D no?

Porque anticiparnos, y antes de iniciar las discusiones de fondo en México se aceptó incondicionalmente ir a elecciones, reconocer a Maduro como Presidente y en una metamorfosis cobarde y torpe llamar al Gobierno Interino, «Plataforma Unitaria»? Eso sencillamente es CLAUDICAR.

¿Quiero cambio? Si. ¿Quiero elecciones? Claro que sí. Pero también quiero una conducción política adecuada y que transite una real y genuina ruta para el cambio.

Sin duda alguna, habrá un cambio en la conducción política y quienes fallaron deberán dar paso a mejores opciones.