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UDO: De la casa más alta a las sombras del comunismo – Por Javier Cisneros

By 27 agosto, 2021No Comments
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En mi visita al estado Anzoátegui, con motivo al encuentro de dirigentes estudiantiles de los cinco núcleos de la Universidad de Oriente (UDO), junto a la Confederación de Estudiantes Venezolanos (CONFEV), que se realizó los días 18, 19 y 20 de agosto del presente año, tuve la oportunidad de visitar el campus del núcleo de Anzoátegui, y lo que vi en ese recorrido me dejó bastante impactado.

Bajo un sol oriental del día 19 empezó el recorrido dirigido por los estudiantes del núcleo en horas de la tarde, donde pude ver la imponente e impresionante entrada del campus de Anzoátegui (entrada y patio central que se encuentra en buen estado, cuidado y conservado), pero esto apenas empezaba.

Al visitar la primera parte del recorrido pude ver un auditorio en total estado de abandono, sin techo, sin asientos, sin iluminación y condenado a verlo a través de rejas soldadas, que evidentemente no ha impedido que ladrones y personas sin valor y sentido de pertenencia hacia la universidad, hagan de este auditorio un cuento de terror.

Los departamentos que me dejaron boca abierta fueron los de Ingeniería de Petróleo (por cierto, soy estudiante de esta carrera en el núcleo de Monagas) e Ingeniería Mecánica, donde vi y pude tomar video de los estados de los mismos.
Laboratorios totalmente perdidos, destruidos, abandonados y saqueados que solo quedaron para ser nidos de murciélagos.

Seguido de esto, la maleza que se está comiendo a la escuela de Ingeniería Civil, tuberías rotas que derraman agua por doquier y que presumo, esto no tiene dos días en estas condiciones; un caño que atraviesa toda la universidad en condiciones de criadero de mosquitos, un comedor en abandono y totalmente saqueado. Con esto, solo viene a mi cabeza esos ejemplos que nos ponían de pequeños «una manzana hermosa por fuera y podrida por dentro, que contaminan a las demás” y las demás manzanas, son la sociedad venezolana.

Necesitamos rescatar la UDO, es lo que retumbaba en mi cabeza mientras también venían preguntas como: ¿Qué nos pasó? ¿Qué hicimos para estar así?

La destrucción universitaria no es algo que pasó porque sí, esto fue algo evidentemente planeado y que pasa cuando vives en un país en que el comunismo avanza como si fuese un cáncer con metástasis, obviamente que el enemigo principal del comunismo son todas esas ideas de libertad y crecimiento que naturalmente se imparten en las universidades.

Por mucho tiempo, he denunciado la grave crisis que atraviesa la UDO y también, desde mi espacio he advertido a las demás universidades sobre el plan macabro para cada una de ellas, tanto públicas como privadas. Como dicen por ahí “no es lo mismo llamar al diablo, que verlo venir” y ver por mis propios ojos el estado de total abandono y saqueo de uno de los núcleos de mi universidad me partió el alma como udista, estando consiente que el resto de los núcleos están en condiciones parecidas y hasta peor, como lo es el caso del núcleo de Sucre.

Esto solo nos debe impulsar a dos planos; el primero es el plano de seguir yendo a los núcleos y demás universidades, visibilizando así el abandono y estado de saqueo que hoy viven nuestras casas de estudio.

El segundo plano, es creando proyectos y acuerdos de corto y mediano plazo, empezando por una seguridad privada para nuestras universidades apoyados desde Organizaciones No Gubernamentales hasta la diáspora estudiantil egresada de las casas de estudios, para así poder invertir en la reconstrucción de laboratorios, gimnasios, salones, transporte, etc.

La UDO como las demás universidades necesita con carácter de urgencia la presencia de su comunidad universitaria, que debe volver a su espacio natural que son los campus universitarios y no detrás de computadoras, tablet o teléfonos, que a mi apreciación personal, las clases “OnLine” no han contribuido al verdadero desarrollo intelectual del estudiante, debido a que nuestras universidades no están capacitadas para esta modalidad.

La universidad venezolana debe aprender esta gran y dura lección de no depender más del Estado y menos de un Estado que va próximo a convertirse en un Estado comunal. Como consecuencia se tiene la destrucción universitaria, el atraso intelectual y la deserción estudiantil y profesoral.

Pero ahora la pregunta es: ¿De verdad dejaremos perder las universidades?

Javier Cisneros

Coordinador de Comunicaciones en Vente Monagas
Dirigente estudiantil de la UDO – Monagas