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(San Juan de Los Morros. 12/08/2021) “Por ahí anda el candidato chavista regalando zapatos a los niños y tomándose fotos, como si la gente necesitara que le regalen zapatos, la gente necesita es libertad”. Esas palabras me las dijo mi mamá hace un par de semanas y fueron precisamente las que me inspiraron realizar este material con el objetivo de ayudar a la ciudadanía a reconocer al líder populista y tener cuidado con el líder carismático.

Pero ¿qué es el populismo y por qué es dañino? El populismo es el uso de medidas destinadas a ganar la simpatía de la población, se cimenta en la identidad del pueblo, pero con su redefinición propia de “pueblo”. Se aferra a la intervención estatal, a controlar todo en nombre de su pueblo, usando una narrativa demagógica.

En Latinoamérica, la demagogia y el carisma alimentaron hiperliderazgos de políticos que se percibieron como “guardianes de la justicia social”.

Para contrarrestar este efecto, hay que saber reconocerlos. Suelen apelar al sentimentalismo de las masas para hacerlas sentir incluidas, mientras prometen cosas que no suelen cumplir o dan regalías, convirtiendo al individuo en un cliente, porque conciben que la política es para generar millones de estómagos agradecidos que le deben todo al líder.

Suelen justificar sus acciones en crisis a algún enemigo a derrotar, mientras que se posicionan como el líder superior, cuya palabra se convierte en dogma sagrado de la patria, se creen “la voz del pueblo”

Son controladores, creen que la acción planificada por el Estado (estatismo) colmará las necesidades del pueblo. Por eso mismo, también son anti-federales, controlan todos los poderes y si no lo logran, crean un organismo paralelo.

Una de las características más factibles para reconocer a los populistas es su discurso y narrativa.

Usan un doble lenguaje, su semántica es un campo de guerra y las palabras adquieren significados distintos.

El populismo es un vicio que conduce a la desgracia, vístase del color que quiera.

El discurso populista no se dirige al intelecto sino que exalta las emociones. Tenemos que preguntarnos si podemos desarrollar un mundo de hechos y valores para contrarrestar el peligroso mundo de las emociones.

Estas son las causas que le dan lugar al populismo, debemos defender y dar valor al bien más preciado y a la vez más vulnerable: la Libertad.

Nosotros, que aceptamos la tarea de transformar a Venezuela desde la raíz, debemos romper con esta tara política que viene desde mucho antes de estos más de 20 años de tiranía. Por eso lo que proponemos al país es una ruptura histórica que trascienda, dejando atrás el populismo, el clientelismo, el militarismo, los cogollos para abrirnos pasa a un régimen de libertades, un país de propietarios y un sistema próspero que ubique al ciudadano donde siempre ha debido estar, en el centro.

José Ricardo Quijada

Coordinador de Comunicaciones de Vente Venezuela en el estado Guárico.

@josequijadar