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Ordoliberalismo en Venezuela – Por Asdrúbal Romero Silva

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El pasado jueves 28JUL2021, en programación de la coordinación del partido Vente Venezuela en el estado Anzoategui en correspondencia con la coordinación de formación y asociaciones ciudadanas a nivel nacional, se efectuó el foro «ORDOLIBERALISMO ¿En Venezuela?», teniendo como ponente al Economista Roberto Casanova de Prodavinci, con el fin de brindar orientaciones en lo político, económico, jurídico y en el orden social, entre otros, capaces de enfrentar y poder construir estructuras útiles a la reconstrucción de la maltrecha condición que expone el país, en la bien denominada «crisis humanitaria compleja», aunado a la también llamada «guerra híbrida».

De antemano es pertinente apuntar que se entiende por ordoliberalismo a un establecimiento conceptual consistente en estudios referentes al campo de la economía política, mediante el cual, algunos estudiosos de la Universidad de Friburgo en Alemania, entre 1930 y 1940 se plantearon las bases para el desarrollo de una economía social de mercado.

En tal sentido, y a propósito del foro antes referido, el profesor Casanova centró su exposición en un trabajo suyo publicado en fecha 19/01/18, relacionado con la procedencia de la doctrina ordoliberal para Venezuela, por lo que insertamos la introducción del referido estudio cuyo contenido es el siguiente:

I – Un país por reconstruir

1. La situación actual de Venezuela requiere, a quienes continúan bregando por un mejor país, alternar la acción pública entre dos modos: el modo rebeldía que impulsa a rechazar, en cualquier contexto, a la dictadura que oprime, roba y empobrece, y el modo reconstrucción que incita a emprender la forja de un porvenir de libertad, justicia y prosperidad. No son modos excluyentes. De hecho, se precisan mutuamente. La lucha por desalojar del poder a la minoría usurpadora será fortalecida si se prefigura, con acciones y palabras, el futuro deseable. Pero ese futuro no llegará si esa rebeldía no tiene éxito hoy. Y aunque es cierto que en diversos contextos la reconstrucción empezará propiamente después de la dictadura, incluso allí el diseño de los cambios necesarios y el desarrollo de capacidades para materializarlos tienen que comenzar ahora.

2. Venezuela es un caso inaudito de una sociedad que, sin haber vivido un conflicto bélico, presenta los síntomas característicos de una posguerra. La capacidad destructiva del socialismo, agravada por la rapacidad, la arrogancia y la incompetencia de los grupos que monopolizaron el poder, tiene en Venezuela un caso que pasará a los anales de la historia. El sufrimiento humano ocasionado por la revolución, en su intento de implantar un proyecto neocomunista, es inconmensurable y la tarea de la reconstrucción será enorme. Esta demandará lo mejor de los venezolanos: inteligencia, magnanimidad, fortaleza. También les exigirá claridad en el diálogo de las ideas.

II – La vigencia del debate doctrinario.

3. En ocasiones se argumenta que el país no necesita más diagnósticos y que las soluciones a sus problemas son evidentes, que no es tiempo de debates doctrinarios. Esto es un error. Basta preguntarse, solo como ejemplo, si acaso son equivalentes una política orientada a regular directamente el proceso económico a una política destinada a promover el orden macroeconómico y la libre iniciativa privada. O, de manera similar, si no hay diferencia entre una política social basada en una supuesta justicia redistributiva a una política social que ayude a las personas a desarrollar sus capacidades productivas. En estas opciones subyacen distintas visiones de la sociedad, de la economía, del Estado. En otras palabras, diferentes doctrinas económico políticas.

4. En realidad, cada política pública o cada cambio institucional se apoya, inevitablemente, en una interpretación de la realidad, una valoración de prioridades, una escogencia de medios. El ejercicio del poder no es reducible a un asunto de técnicas y de gerencia. El debate entre doctrinas es una dimensión inseparable de la política. La política, en un sentido profundo, trata de la representación, difusión y evolución de visiones alternativas de la sociedad. Desde esta perspectiva es comprensible cómo una misma política pública puede parecer razonable o desatinada para diferentes sectores: ello depende de las visiones de las cuales tales sectores son portadores.

5. Una estrategia de reconstrucción para Venezuela puede inspirarse en la llamada economía social de mercado. Esta es la expresión de una doctrina más amplia que integra ideas provenientes de la ciencia económica, el derecho, la politología, la sociología, la filosofía y la moral. Esa doctrina fue llamada ordoliberalismo por algunos de sus creadores. Con tal término querían indicar que la libertad debe ser el valor fundamental en una sociedad moderna y que ella es compatible con la creación de un orden social próspero, justo y pacífico”.

En referencia a las observaciones y reflexiones del profesor Casanova, es de resaltar que la aplicación en Alemania de la post guerra nazi de los postulados del ORDOLIBERALISMO (cuyo prefijo ORDO significa ORDEN) trajo como resultado lo que ha llegado a conocerse como el «milagro alemán», conformando un estado forjador de un adecuado ambiente legal para la economía manteniendo un nivel saludable de competitividad a través de medidas adheridas a los principios del libre mercado. La consecuencia de lo anterior es construir un estado que toma una posición activa para incentivar la competencia evitando, de este modo, el surgimiento de monopolios que pasarán a destruir no solo las ventajas del libre mercado, sino que posiblemente también afectarán a la gobernabilidad, debido a que el poder económico también puede ser utilizado contra el poder político. He aquí, las bases de un sistema de equilibrio político-económico.

También es oportuno resaltar la probabilidad de que el concepto ORDOLIBERALISMO suene novedoso para alguno de nosotros, debido a que en Venezuela, además de haberse consumido todo el siglo XIX entre nefastas guerras civiles de caudillos, las políticas socioeconómicas en la primera etapa del siglo XX estuvieron orientadas por el modo financiero de un estado rentista, y caídas las dictaduras, resultó en una marcada influencia, del populismo basado en ideas marxista-comunistas-socialistas devoradores de los ingresos petroleros sin más criterio que sostener a una clase de jerarcas burócratas. Con tales antecedentes, entramos al siglo XXI donde ya abundan las explicaciones del desastre nacional.

En todo caso, nuestro deseo es que sirvan las presentes notas para fijar puntos de encuentro en nuestra anhelada libertad y reconstrucción de la nación.

 

Asdrúbal Romero Silva

Abogado, Msc. en Ciencias Penales

Coordinador Estadal de Formación de Cuadros

@AsdrubalRomer16