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Hablar de mercados negros en Venezuela resulta tan común como otrora fuera ir a comprar productos en los mercados municipales, puesto que, si comparamos la situación del “mercado legal” con la de los mercados negros, estos últimos tienen una presencia sustancialmente mayor a su contraparte, causando así una situación económica bastante peculiar e interesante dentro del país, a tal punto que podríamos hablar de dos mundos: por un lado el mundo del mercado regulado y por otro el del “libre mercado”.

 

Y es que, en efecto, los mercados negros están a la orden del día aunque las personas no los reconozcan al verlos, en razón de que el concepto social e histórico asociado a la palabra es el de algo malo, un crimen y una actividad reprochable dentro de la sociedad, sin embargo, dicha concepción no podría estar más errada en estos días, dado que -a veces- inclusive la bodega o abasto local puede ser parte de este mercado, al igual que la mayoría de los comerciantes y emprendedores de nuestro país aunque, en definitiva, la situación varía en cada estado, puesto que el mercado se adapta a las necesidades de su entorno local o regional, pero ¿Cómo es esto posible? La razón de su existencia es simple: la gran intervención del Estado en el mercado venezolano.

 

La consecuencia directa de la intervención es que vemos cómo en cada uno de los estados del país existe una contraparte de las regulaciones estatales, por ejemplo, cada estado tiene su propio sistema monetario anclado a una moneda extranjera (Dólares estadounidenses, Pesos colombianos, Reales brasileños, entre otros), cada estado posee su propia demanda de productos y cada estado posee -en abstracto- un sistema único para satisfacer las necesidades de la población, creando entre todos un gran y complejo entramado de mercados relativamente autosuficientes que forman en conjunto un gran Mercado Negro venezolano.

 

Hablamos pues, de que nuestro país se ha vuelto un enorme y complejo Mercado Negro como no se vio antes en nuestra historia contemporánea, pero ¿Qué es un Mercado Negro? Sin caer en tecnicismos económicos, podemos definir al Mercado Negro como el intercambio, compra y venta de bienes (Productos en general como la harina, leche, vehículos, computadores, carne y muchos más) y servicios (Como la energía eléctrica, internet o servicios telefónicos) cuya producción o distribución es ilegal, es decir, que está prohibida por la legislación del Estado y sancionada o penada por la Ley. Al analizar esta definición entendemos que el mismo Estado es el causante de su existencia al intervenir el libre mercado y bien sabemos que el Estado venezolano es experto cuando de intervenir el mercado se trata por sus reiteradas, sostenidas e inútiles prácticas paternalistas que lo han caracterizado por más de cinco décadas.

 

Entonces ¿Es culpa del Estado venezolano la existencia de los mercados negros? La respuesta es un completo y rotundo SÍ. No cupo, cabe, ni debe caber duda alguna de que la existencia de los llamados “bachaqueros”, “gestores” y “revendedores” son causa directa e inobjetable de su intervención en la economía, puesto que es perfectamente evidenciable que lo han hecho durante los más de 20 años que tiene el régimen en el poder e inclusive lo hicieron los gobiernos anteriores al chavismo, porque, como explica el profesor Mayorga (1972), para que exista un mercado negro se deben cumplir 3 requisitos esenciales:

 

1. La fijación de precios por parte de la autoridad (Intervención del Estado).

2. La existencia de una gran demanda que exceda la poca oferta por el bien o servicio regulado.

3. Escasez generalizada del bien o servicio.

 

Procedamos pues a dejar en claro la existencia concurrente de los 3 requisitos para los mercados negros: En primer lugar, responderemos a la pregunta ¿Hay fijación de precios por parte de la autoridad? Sí, la hay, prueba de ello es la Ley Orgánica de Precios Justos o la existencia de la SUNDDE, INDEPABIS y la SUNDECOP que son organismos creados específicamente para vigilar la intervención del Estado en la economía, por lo tanto, sí existe una fijación de precios por parte de la autoridad; En segundo lugar, veamos si existe una demanda que sobrepasa (o sobrepasó) la oferta de un bien o servicio regulado y para ello volvamos unos cinco o seis años atrás, durante el periodo comprendido entre los años 2015 al 2018 cuando el país vivió la más aguda escasez de productos básicos, con interminables colas establecidas por los terminales de las Cédulas de Identidad y veremos que efectivamente la demanda SUPERÓ con creces a la oferta, sirviendo este último ejemplo como sustento de que también existió -y aún existe- escasez de productos básicos en el país.

 

La respuesta natural de la economía venezolana y de los ciudadanos fue la de buscar alternativas, las cuales fueron ofrecidas fuera del marco de la Ley y que han creado con los años un gran mercado negro que ha consumido casi en su totalidad a la oferta de casi todos los bienes y servicios en el país, generando que el mercado se autorregule a tal punto que en casos como el del Táchira ya se puede sentir una especie de Mercado autosuficiente del Nacional, donde se consigue cualquier bien o servicio por medios alternativos y un precio elevado en conjunto con un sistema monetario propio anclado al Peso colombiano, generando así una presunta “estabilidad económica” en un país con los índices inflacionarios más altos que ha visto la humanidad en toda su historia.

 

En conclusión, el mercado negro venezolano existe como causa del paternalismo que ha practicado el Estado venezolano durante décadas y seguirá existiendo mientras se siga interviniendo la economía y tratando de controlar un fenómeno tan incontrolable como lo es el Mercado por su naturaleza libre e impredecible y por último, ¿Cuál es la solución? Fácil, dejar que el libre mercado tome su curso y eliminar de raíz la intervención estatal en la economía, solo así se verá un cambio a futuro y sostenido en la calidad de vida del venezolano.

 

@kedvox