¿Cómo podemos pensar, tan siquiera, que en nuestro país pueda desarrollarse un proceso electoral limpio y sobre todo constitucional con este régimen usurpador en el poder?
Cuando no se respetó la reforma del 2007, donde los venezolanos dijimos NO a la reforma constitucional; en las elecciones del 2015 se burló la decisión de los ciudadanos de elegir a unos diputados, con mayoría opositora, con la esperanza de poner control al despilfarro que ha venido haciendo el régimen de manera constante, también con la finalidad de llevar a juicio a estos delincuentes que han empobrecido a la nación.
Por el contrario, convocaron a elegir una Asamblea Nacional «constituyente» sin consultarlo con el pueblo, como reza en la Constitución, lo que hace a esta asamblea completamente ILEGAL, al igual que cualquier lineamiento que derive de ella.
Por lo tanto, quien acepte ir a un proceso eleccionario con este régimen usurpador, estaría reconociendo la legalidad inexistente de esta ANC extinta y por ende, todo lo que se produjo en el período en que legisló con perversidad, tomando decisiones que no eran de su competencia. También estaría reconociendo a la actual AN.
Ante esto, es de preguntarse, ¿qué ha cambiado desde entonces, como para creer que existan condiciones justas para ir a elecciones?
Debemos entender de una vez por todas que es imposible, que no existe una unidad opositora ni salvadora real; que estos que se hacen llamar así solo son una jauría de lobos hambrientos a los que el régimen les ha lanzado un hueso para que se distraigan peleándose entre ellos; que capitalizan sus necesidades y las utilizan a su favor. Así no podrán ver con la claridad necesaria lo que hemos aprendido con sangre, sudor y lágrimas, y es que solos no podemos contra ellos, porque tienen el poder de las armas, dado que las fuerzas armadas ya no son venezolanas sino chavistas, tienen el apoyo de las mafias criminales que los defienden, porque ellos les permiten cometer sus delitos con impunidad, también controlan el poder económico que les da la salvaje explotación minera sin precedentes en el territorio venezolano, con lo cual reciben el apoyo de potencias como Rusia y China.
Hemos sido invadidos por el G2 cubano, por militares rusos, por guerrilleros de las FARC y el ELN, células terroristas y narcotraficantes, lo cual se traduce en un Estado fallido, por lo que la paz se ve cada vez más lejos. Acaso, ¿eso es un secreto para los venezolanos? Entonces que me digan estos politiqueros de pacotilla si son tan ingenuos o por el contrario, son tan malvados que llevan a sus seguidores a un despeñadero para que mueran cada vez más de hambre y miseria, mientras ellos se llenan los bolsillos de dinero mal habido.
En este país el sistema de justicia también está podrido. Lo que nos llevar a pensar:
¿Cómo puede haber paz sin justicia?
¿Cómo puede haber justicia, si tratamos a los delincuentes como políticos y de paso, les creemos todas sus falsas promesas?
Aquí reina el terror, la incertidumbre y la anarquía, para muchos es mejor unirse al enemigo si no lo puede vencer, ¡pues no! No hay que perder el foco, el objetivo: la salida inmediata del régimen del poder, para así recuperar la libertad.
¡La pelea es peleando, y es hasta vencer!