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En la oportunidad de introducir un asunto en el cual vinculo el concepto cultura, una vez más recurro a la Real Academia de la lengua española en tanto que rectora de nuestro vocabulario, asumiendo que la noción aquí expuesta se encuentra integrada por dos conceptos autónomos conjugados a decir de «cultura» y «democracia». En cuanto a ambos considero que es pertinente traer a colación lo expresado por San Agustín de Hipona cuando dice: «… si me preguntáis que es el tiempo, no lo sé, pero si no me lo preguntáis, si que lo se…». Al parecer, algo semejante ocurre con los conceptos cultura y democracia, al considerar que apenas su sonido llega a nuestros oídos ya nos resulta conocido y más aún, de total dominio. Sin embargo, si nos pidieran una exposición de los mismos, es probable que tengamos algunos inconvenientes por lo complejo y amplio de sus respectivos contenidos. De tal manera y sin menoscabo de dichas consideraciones, nos apoyaremos en la ya mencionada RAE, a fin de ayudarnos un poco por lo menos en referencia al contenido y alcance del concepto cultura. Veamos el contenido del portal dle.rae.es/cultura.

En tal orden, nos ilustra la RAE que por cultura se tiene todo cuanto es cultivado, en el mejor sentido, aquello que es concebido y aprovechado de manera favorable, por ejemplo, desde la producción de alimentos hasta su preparación culinaria que llega a nuestra mesa, bienes de consumo, la educación, la ciencia, el arte y todo cuanto el ser humano puede desarrollar para su bienestar individual, su entorno y en el conglomerado. De modo que en el punto 3 de la acotada cita de la RAE, por cultura es comprendido el «Conjunto de modos de vida y costumbres, conocimientos y grado de desarrollo artístico, científico, industrial, en una época, grupo social, etc. De aquí, son incluidos aspectos como cultura física (físico culturismo) y cultura popular (costumbres y tradiciones), entre muchos.

Por su parte, el concepto «democracia» de manera elemental lo concebimos como el gobierno de un país caracterizado por el reconocimiento y ejercicio de libertades individuales y de la ciudadanía, en un marco de leyes que la sociedad civil acuerda darse a sí misma dentro de dicho orden democrático. Para esto son determinantes aspectos como: libertad con responsabilidad (que no es libertinaje), razón natural e imperio de la ley en pleno rechazo a todo tipo de tiranía. En este sentido, y a la luz de este enfoque, observando el contenido y alcance de lo conocido como democrático en el marco de la comprensión cultural, cabe decir que, la DEMOCRACIA ES UN PRODUCTO DE LA CULTURA por ser concebida, cultivada y aprovechada de manera favorable por el ser humano para su desarrollo y bienestar individual, su entorno y en el conglomerado.

En consecuencia, con base a los aspectos examinados, es de resaltar entonces que todo lo referido a «democracia» es de ser cultivado, comprendiendo por esto la necesidad de desarrollar todo un conjunto de realizaciones que lleven a aprender a ejercer los valores y principios propios de la democracia, desde su enseñanza y para esto vale apuntar la importante visión que desde Vente Venezuela se ha tenido en forjar mediante un proceso permanente de formación los contenidos de la democracia. Lo anterior, encaja en saber de lo mucho que ha implicado la favorabilidad de la cultura democrática como gran logro, inmersa dentro de la inmensidad de la cultura occidental rechazando formas de proceder tiránicos practicados en otras civilizaciones ajenas a este hemisferio como ya se quiere hacer ver, por ejemplo, el «gran avance de la China» como modelo a seguir. Ante esto hay que responder que tal «auge chino» que algunos pretenden pasar por un supuesto «desarrollo» se ejerce en desprecio de la LIBERTAD como acervo propio de la CULTURA DEMOCRÁTICA OCCIDENTAL.

Asdrubal Romero Silva
Abogado, Msc. en Ciencias Penales
Coordinador Estadal de Formación de Cuadros
@AsdrubalRomer16