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La usurpación trama su propia y exclusiva salvación económica, después que quebró a Venezuela entera. Sabe muy bien que ya no tiene los reales suficientes para la demagogia populista, porque sólo los tiene para reprimir a la población y aparte, sin confundir la cosa, los ahorritos de sus más encumbrados funcionarios, testaferros y familiares, en los paraísos fiscales de todo el globo terráqueo. Se ha declarado en emergencia, nos distrae con la visita del actor Seagal y, al mismo tiempo, acelera la creación de las denominadas zonas económicas especiales (ZEE), a lo chino, como si eso fuese soplar y hacer botella.

Nicolás Maduro podría de un plumazo sacar esa ley orgánica que tanto necesita, no él sino los potenciales inversionistas que calcula, pero una habilitación presidencial puede esperar un poco más, simulando un procedimiento legislativo que haga creer de alguna seguridad jurídica y del cumplimiento de una mínima formalidad. Pero no engaña a nadie, porque esas zonas especiales ni siquiera se acercarán a la credibilidad, eficiencia y eficacia de las chinas ya de larga data. Tratándose de un régimen criminal, las mafias más poderosas aspiran a repartirse el país, y como no hacen un trabajo limpio, no esperan que los capitales lo sean, por lo que convertirán a Venezuela en una lavadora gigantesca de divisas que ya lo es, en buena medida.

Nos dió una profunda lástima la comedia escenificada por la Asamblea Nacional al considerar esa ley que le ordenaron sancionar, porque – era lo lógico – no hubo discusión, apenas, sin dejar de ser el comunista que es, ahora apartado por el madurismo, el representante del PCV osó discrepar un poco y fue inmediatamente linchado por los oficialistas. En las redes se ve a una cámara atemorizada, incluyendo a los alacranes, silenciosos y cumplidos en sus curules. Esto, por cierto, no es disciplina parlamentaria, sino el terror que le infunde una directiva que hace lo que le da la gana y puede echarle una broma a cualquiera, a propios y extraños, si se juzga irrespetada: un telefonazo, el diputado va preso por cualquier motivo. Todos claman por una zona económica especial, pero a nadie se le ocurre siquiera pensar que están en un parlamento y es una zona especial para la inmunidad.