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Monumental empeño hizo Hugo Chávez en dejar constancia que él, y no otro, detentaba y ostentaba el poder, aunque a la larga eran Fidel y Raúl Castro los marioneteros como ya lo sabe el país. Sí, tenía que echarle plomo y “gas del bueno” a la gente que lo protestaba y aún sin protestarlo, lo hacía. Así de simple. Pero el sucesor, que no deja de echarle plomo a cualquier cosa que se mueva, no le fastidia mucho que sepamos que otros son los que mandan. Para él, lo más importante ha sido vacunarse contra el COVID19, luciéndose por todos los medios, por ejemplo. Es vanidoso y eso no tiene remedio y para la muestra está el restaurantote aquél tan exclusivo del extranjero donde lució una buena copa y un habano recordado por todos los venezolanos que se mueren de hambre, incluyendo a sus pocos partidarios.

Se especulaba que el poder real siempre lo tuvo Padrino López, zar de muchos de los negocios que ha hecho además como comandante del abastecimiento nacional, del petróleo y de otros rubros que afectan la propia seguridad y defensa de la nación. Siempre dispuesto a cuanta rueda de prensa se le ocurría para exhibirse junto al alto mando militar y rugir dejando – esta vez – constancia de su poderío. Pero llegó al llegadero, y se movió hasta el estado Apure para zanjar unas diferencias entre las distintas facciones de la FARC. Le han dado una soberana pela y encima de todo eso, no tuvo más remedio que reconocer que le secuestraron a ocho militares, por cierto, soldados de origen humilde que han pagado los platos rotos del anti-patriotismo ministerial de Vladimir. Alguien me comentó con razón: el general en jefe, por mucho que lo sea con todos los oropeles del mundo, no puede ganar ninguna guerra por dos poderosas razones.

Una razón es que los militares de verdad, capaces de ganarla, los redujo a prisión y torturas por tratar de salvar a la Fuerza Armada y a su institucionalidad. Lo peorcito, ha quedado haciendo negocios en la FANB y le importa un comino qué pueda pasar en Venezuela porque tienen a la familia y los reales en el extranjero. En todos lados, menos en Cuba. Y la otra razón, es que así como Nicolás no gobierna en Venezuela, son las mafias a las que les sirve, mucho menos su ministro de la Defensa es el líder natural de la FANB. Entonces, ¿Quién manda a quién? Para todo el mundo, el Foro de Sao Paulo además de sus socios de China, Rusia e Irán, y los jefes de las mafias que se repartieron el país donde el general en jefe hace de policía. ¿O no es así?