En medio de la pandemia que no cesa en impresionarnos con cada anuncio de nuevas cepas, aunado a su avance y voracidad imparable e incomparable; el devastador aniquilamiento de los factores vinculados a la producción y distribución de alimentos, asi como, de bienes sanitaristas; la imposibilidad de alcanzar salarios e ingresos que permitan obtener y pagar los más elementales bienes y servicios, entre muchos males, los venezolanos -una vez más- somos vapuleados por informaciones que dicen de negociaciones, elecciones y un anunciado «Acuerdo de Salvación» dando la sensación que quienes se atribuyen la representación del interinato y su entorno, se encuentran encima de una rueda que gira en modos de sube y baja y de cuyo eje rotatorio no tienen ningún control, peor aún, pareciera que son otros quienes teniendo el control de dicha rueda los tienen allí dando vueltas sin ningún propósito.
Esto se puede concluir al examinar el tiempo perdido en la misma ruleta, donde la experiencia dice que la dirigencia del denominado G4 y su interinato luce desgastada, sin horizonte y sin otro compromiso que la satisfacción de sus propias apetencias evidenciando que lo único para lo que han servido es para contribuir a la frustración de la ciudadanía quien presa de las necesidades diarias no encuentra salida a esta crisis.
En orden a lo anterior, especialmente en cuanto al tema electoral, los pseudopositores del G4 y el interinato se han inclinado por compartir con el régimen su ilegitimidad cantada a los cuatro vientos, generando que el apoyo internacional retire el mostrado interés en ayudar, observándose también como algunos colaboradores del interinato ya empezaron a abandonar el barco en rechazo a la forma como se ha conducido esa pseudoposición.
Por otro lado, una vez más, el interinato y el G4 se dan la mano con el régimen en negociaciones denominadas esta vez: «ACUERDO DE SALVACIÓN NACIONAL», repitiendo la nefasta experiencia de anteriores conciliaciones.
Por mencionar, solo basta recordar los sucesos de 2014 y 2017 cuando en medio de aquellas batallas campales que arrojaron muertes, violaciones, lesiones, cárceles y diversidad de daños del lado de los manifestantes, a espalda de toda la ciudadanía, los representantes de la pseudoposición se sentaron a «dialogar» teniendo como único resultado la permanencia del régimen en el poder.
De modo que, como se dice en el lenguaje coloquial: -«El que es pica’o ‘e culebra cuando ve bejuco brinca»; por lo que, está vez la gente ya no compra la propuesta al interino, menos cuando el anuncio del tal Acuerdo de Salvación Nacional viene a la par de informaciones que dicen de reuniones secretas realizadas recientemente en México.
También hagamos memoria de la volada que se dió Leopoldo López aquel 30 de abril de 2019 previo concierto con quienes aparecieron mencionados en dicho fenómeno (recordar es vivir, dice el refrán).
Es de resaltar que, como en otras ocasiones, el interino y su G4 ocultan los contenidos del anunciado acuerdo, evidenciando que no se trata de algo bueno para la ciudadanía. Entendemos que un ACUERDO como el anunciado debe generar beneficios para las partes. Pues bien, ciudadano interino, al proponer dicho acuerdo exponga detalladamente cuales son los beneficios de la ciudadanía y cuáles los del régimen o, acaso es eso lo que tanto ocultan, porque al parecer tales beneficios se extienden al interinato y al G4 por cuanto, la ciudadana para nada cuenta.
Por otro lado, el enunciado de dicho acuerdo como que no está bien planteado entendiendo que no se busca la salvación de la ciudadanía sino la del alter ego. Así las cosas, si de salvación se trata, ¿se pueden imaginar al Cristo realizando un «acuerdo» con satanás para la «salvación de los creyentes»?
Asdrúbal Romero Silva
Abogado, Msc. en Ciencias Penales
Coordinador Estadal de Formación de Cuadros
@AsdrubalRomer16