Skip to main content
immediate bitwave Library z-library project books on singlelogin official

(Tucupido. 29/04/2021) He sentido la necesidad de escribir este artículo como respuesta a algunas interrogantes que me han hecho algunas personas sobre el tema de la unidad y la posibilidad de asistir a las “elecciones regionales”. El fallido proceso electoral de diciembre dejó en evidencia el poco entusiasmo que hoy sienten los ciudadanos porque saben que no se trata de elecciones reales. Sin embargo, parece que algunos han interpretado mal el mensaje y andan con su campaña repetitiva de que “unidos ganamos” y “hay que votar”.

Ese diagnóstico no puede estar más alejado de la verdadera urgencia que tiene el ciudadano venezolano, que está cada día más asfixiado por la crisis económica; esto, sumado al tema de la pandemia, que en un país sin vacunas se hace más difícil de sobrellevar. Es una gran irresponsabilidad plantear que “ganar” algunas gobernaciones o unas pocas alcaldías hará gran diferencia en la mala situación que vive el venezolano. Prueba de ello son los estados Anzoátegui, Nueva Esparta, Mérida y Táchira, donde hay “gobernadores” de supuesta oposición con competencias limitadas y con sus ciudadanos padeciendo los mismos problemas que los del resto del país. Y hasta peor.

Esa excusa que algunos plantean, que debemos utilizar cada proceso electoral para debilitar al régimen criminal, representa una falacia y un engaño a la población. El régimen nombra protectores en gobernaciones que no son chavistas y, aunque muchos apliquen el principio de «doblarse para no partirse», hoy solo están al frente de cascarones de vacíos que no brindan soluciones a los ciudadanos. Muchos quieren ser gobernadores y alcaldes por un tema de ego y, por supuesto, de plata. Yo creo que el interés que debe mover a un aspirante es el de tener la real posibilidad de transformar su espacio; de ser punta de lanza, junto a los ciudadanos, de las transformaciones económicas, sociales, culturales y tecnológicas en su estado y municipio, algo impensado mientras el régimen siga usurpando el poder y algunos haciendo el juego de legitimación que no hace más que limpiarles la cara ante el mundo que hoy los rechaza, los desconoce y los tilda de criminales.

Muchos años, muchas muertes, muchas prisiones, muchos exilios y mucha lucha tuvieron que pasar para que el mundo entendiera la naturaleza criminal de quien hoy secuestra a Venezuela. En 2019, cuando asumimos juntos la ruta del artículo 233, el país en la calle demostró su vocación de lucha y desconoció junto al mundo al régimen usurpador, a pesar de la traición sufrida al plebiscito de 2017. Hoy la gran mayoría de los ciudadanos entiende que con criminales ni se dialoga ni se vota y que eso no significa claudicar, por el contrario, es mantenerse firmes y coherentes.

Quienes hoy plantean que “si votamos ganamos”, ya eligieron y se rindieron. Mañana te culparán de sus derrotas por no prestarte a su circo; pero tú, cómo venezolano que realmente quieres la libertad, darás un ejemplo de dignidad, cerrando las puertas a la traición, la cohabitación, la corrupción y la complicidad.

Adrián Hernández