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(Los Teques. 23/04/2021) Me dirán que no importa. Me dirán que Ecuador y Perú hicieron sus comicios. Como si la realidad de algún otro país latinoamericano se asemejara, aunque sea de lejos, a la situación venezolana.

El régimen y el coronavirus nos tienen a todos los venezolanos atrapados por más de medio año, si hacemos la proyección de su 7×7 y más. Sin que ese cautiverio signifique manera alguna de desarrollar siquiera algún muy productivo encuentro político con la sociedad. Mientras, ellos aprovechan su movilidad, sus usos y abusos del poder económico para tratar de remontar su derrota. Ventajismo absoluto. Ya vemos a Maduro exigiendo gasoil. Les favorece el encierro. No habrá, por tanto, algo parecido a igualdad de condiciones competitivas. No es lo único que no habrá.

Pero ni siquiera es ese el asunto primordial para no participar en las elecciones de las que adelantan información en cadena nacional semanalmente, como la del virus. Las mismas razones que impidieron participar en diciembre en las legislativas se agrandan y agravan ahora. No solo creceremos de un Consejo Nacional Electoral confiable, sino que ese CNE será nombrado por la Asamblea Nacional por la que nos abstuvimos de votar en defensa de la prolongación del mandato de aquella por la que sí votamos. Participar en estas votaciones sería legitimar al CNE del oprobio y al garabato de AN desconocido dentro y fuera del país por la que no votamos, en una «elección» en la que se impuso abiertamente la abstención como protesta cívica. Las contradicciones sobran, van en aumento mientras avanza el año.

Por eso llaman la atención las posturas de algunos «candidatos» repartidores de tapa-bocas (simbólico, emblemático) o desinfectadores de áreas o edificios. Llama la atención el desatado fluir de «alacranes», con el respeto debido a tan interesantes animales venenosos. Todos con su gorro puesto. Más atrae sobre sí la atención alguien como Américo de Gracia buscando, así como así, la gobernación de Bolívar. Esto cuando La Causa R y su anterior postulado a esa plaza reclamaron el despojo de su triunfo en las más recientes elecciones en ese estado. ¿De Gracia renunció a su condición de diputado para dar ese giro de reconocimiento a la AN de Maduro y a su CNE?

Seguiremos sorprendiéndonos con algunas posturas. Pero algo queda claro: Con elecciones regionales auspiciadas por el régimen del terror sin otro control, especialmente internacional, no lograremos avanzar en la salida del tortuoso y largo proceso que confrontamos. El relajo «festivo» «eleccionario» no debe obnubilarnos en el propósito fundamental de echar para siempre a los criminales que nos someten. En el propósito de la libertad. Tenemos que transitar el virus electoral en medio del otro virus. Ojalá no terminemos requiriendo luego oxígeno político en la intubación del país.

William Anseume