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(Maracay. 26/03/2021) El pronunciamiento de la iglesia católica de esta semana, respecto a sus diferencias con la aprobación del matrimonio igualitario en Venezuela, causaron mucho impacto en nuestras sociedad. Las opiniones expresadas por unos y otros en el terreno de las redes sociales, generaron un debate interesante sobre el Estado laico que me gustaría comentar.

Primero quiero escribir sobre la iglesia católica, que no es mala ni perversa por estar en contra del matrimonio igualitario y la familia homoparental en Venezuela. Respeto mucho la posición de los integrantes de la Conferencia Episcopal Venezolano (CEV) aunque no comparto su visión, que nada tiene que ver con el rito católico del matrimonio eclesiástico. Esto tiene que ver más desde el enfoque de la libertad individual y la protección legal, social y financiera entre nuestros ciudadanos sin ningún distingo.

La iglesia católica solamente defiende su doctrina, y una postura histórica, que ha mantenido como institución a lo largo de siglos respecto a este tema. Veo muy difícil que a nivel interno puedan existir cambios significativos en el corto plazo respecto a esta visión, que de igual forma, obedece única y exclusivamente a las dinámicas internas revisionistas de la iglesia, sus autoridades y creyentes.

Precisamente, es la concepción del Estado laico que garantiza, que pese a las posiciones de iglesias y cultos, prele siempre la libertad de los ciudadanos de escoger y decidir lo que cree que es mejor para el desarrollo y el futuro. Este debate debe generarse entre los sectores de nuestros país, pero colocando en el centro de la discusión las demandas de la comunidad LGBTQIA+ en materia de igualdad de derechos ante la ley.

No hay que criminalizar o satanizar a ninguna institución por una posición diferente ante este u otros temas. Las iglesias y cultos en nuestro país realizan un trabajo social en nuestro país que ha ayudado a muchísimas personas, y más aún en la profunda crisis humanitaria que vivimos y padecemos los venezolanos.

Yo no me considero religioso, pero obviar esta realidad es no ser objetivo ante el trabajo amplio y de tiempo que se viene haciendo, en especial, desde la iglesia católica en varios ámbitos. Yo soy de aquellos venezolanos que está a favor del matrimonio igualitario en nuestro país y de la conformación de familias homoparentales con igualdad de derechos ante la ley en Venezuela.

Creo en que el debate debe generarse en nuestro país, la libertad de escoger y decidir nuestro futuro es un tema primordial en la agenda nacional.

Fernando Marcano

@FSMarcano