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(Barinas. 10/03/2021) ¿Con qué podemos comparar a la actual Venezuela, según la crisis compleja que padece? Se puede comparar con un cuerpo enfermo cuyos órganos, representados por sus ciudadanos, están heridos de tal forma, que urge aplicar la medicina idónea a cada necesidad y, no se trata de remedios caseros, ni jarabes, como tampoco paliativos. NO, la urgencia del caso exige clínica hospitalaria operatoria ya, y con esta, terapia intensiva.

Sin lugar a dudas, la situación y condiciones que se sufren en Venezuela van más allá de cualquier caso estudiado en teorías y laboratorios a niveles académicos en orden a las ciencias pertinentes, sin embargo, el asunto venezolano desborda las consideraciones presupuestadas, precisamente, debido a que los daños producidos son de dimensiones abismales de donde, la realidad exige asumir el cuadro crítico complejo del país con el carácter de afrontar a un paciente extremadamente complicado en orden a la metáfora anterior.

Señores, para comenzar Venezuela, un país que por cien (100) años, prácticamente se sostuvo del ingreso petrolero, con el cual se pagaron todos los salarios del sector público, se pagó la comida que se importaba por grandes toneladas debido a la escasa o nula producción interna, se subsidiaron a los pocos empresarios, artesanos y pequeños emprendedores, mediante créditos públicos y privados, a través de apoyo financiero, incluso a la banca privada, ya no cuenta con dicho ingreso petrolero. Todo esto está en ruinas y para quienes aún no tienen idea o les cuesta comprender y asimilar lo que es la ruina, no solo contemple, sino viva a Venezuela y sabrá en carne propia lo que es RUINA, la pobreza extrema que ya se vive en importantes sectores de la nación, cabe destacar al sector de la gente que dedicó sus años de juventud formándose en estudios de pre y post grados, así como, quienes se dedicaron por años a emprender, cultivar y desarrollar cualquier tipo de empresas. Venezuela grita a llantos como aquella popular canción ¡»TODO SE DERRUMBO DENTRO DE MI»!

Es triste vivir esto, que es una inocultable realidad, donde el ingreso del salario mínimo mensual del sector público, así como, la mensualidad de la pensión de los jubilados está por debajo de un kilogramo de queso, cuatro veces menos que un kilogramo de carne, pollo o pescado, seis veces menos que un mínimo combo de víveres, hortalizas y frutas, asunto que referencia lo que sería la cesta mínima alimentaria. De tal manera que, este enfermo es real y no se lo está mandando a decir a nadie, o, es que nadie oye o a nadie le interesa. ¡Venezuela lo está gritando! Bien se sabe que en un cuerpo que no consume los alimentos básicos en un plazo prudencial le comienzan a aparecer enfermedades vinculadas a la desnutrición y con la grave consecuencia de ser irreversible e irrecuperable. En general y en lo particular, el cuerpo nacional está en estado crítico.

Ahora, después de leer esto, que ya se sabe, debido a que la gran masa del organismo ciudadano lo sufre, ¿No crees que en cada uno hay mandato natural que ordena a hacer lo que por propia salud debe hacerse?

Asdrúbal Romero Silva