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(Caracas. 12/02/2021) Este viernes 12 de febrero en el marco del Día de la Juventud, jóvenes de Vente Venezuela leyeron un manifiesto desde el lugar donde fue asesinado Neomar Lander por el régimen de Nicolás Maduro durante la rebelión popular de 2017.

En el manifiesto los dirigentes de Vente Joven expresan que «lo nuestro ya no es solo una lucha estudiantil o universitaria, como jóvenes hoy llevamos con nosotros la bandera de las distintas luchas de la sociedad civil, y de todos y cada uno de sus sectores, porque cada vez es más claro para nosotros que es nuestra responsabilidad rescatar este país».

 

A continuación, el manifiesto en su integridad:

 

Manifiesto por el Día de la Juventud

207 años han pasado desde el momento en el que 800 jóvenes de los colegios de la capital, del Seminario de Santa Rosa y la Universidad Real de Caracas, unieron sus fuerzas en un solo clamor en una de las batallas más importantes para el movimiento independentista de Venezuela. Años que enmarcan el transcurso del tiempo desde aquel 12 de febrero de 1814, en donde las lágrimas de madres desoladas se convirtieron en las estrellas que llegaron a brillar por la formación de una Venezuela libre.

Estos jóvenes que abandonaban el calor de sus casas marcaron la esencia de la juventud venezolana, quienes bajo las palabras del general José Félix Ribas: “¡Necesario es vencer!”, salieron a dar su vida por ese sueño de construir una nación libre e independiente.

 La huella de esa juventud aguerrida ha de asentarse sobre nuestros hombros y hace presencia cada día en nuestra lucha. 207 años han pasado desde esa batalla que recordamos hoy, mientras vivimos el mayor reto que enfrentamos como juventud: conquistar nuestra segunda independencia. Hoy pesa la huella de esos jóvenes que salieron al campo de batalla con el corazón en la mano.

De esos 800 valientes hemos heredado ese espíritu lleno de convicción, que jamás nos permitirá hincarnos o brindar genuflexión alguna a la tiranía. Por nuestras venas corre la furia, el corazón y la razón de cada uno de esos jóvenes venezolanos que se hacen uno con nuestras ansias de conquistar nuestra libertad. Es de eso que ha de conformarse esta herencia digna de la inmortalidad, presente en el ADN que corre por nuestras venas y nos empuja a continuar.

Por más de diez horas, la Batalla de La Victoria intimidaba a los valientes con la derrota, y fue cuando el sol amenazaba con ocultarse detrás de las montañas para que la oscuridad la proclamará, cuando en ese último rayo de luz llegaron los refuerzos que terminarían por anunciar la victoria.

Toda esta oscuridad amedrentaba a los venezolanos y quizá, al igual que hoy, aquellos jóvenes la hayan sentido más cerca que nunca, como lo hacemos nosotros. Sin embargo, puede que esta no sea más que el anuncio de ese rayo de luz que llegará para acompañarnos hacia la senda de la libertad.

 

207 años después, la juventud no ha cambiado demasiado. Este 12 de febrero nos encontramos en una posición supremamente difícil, al igual que todos los venezolanos,  vivimos en un país sin Estado de Derecho, sin instituciones independientes; que carece de servicios públicos, de capacidad de inversión, de libertades individuales, donde la persecución, el miedo y la incertidumbre son una constante permanente. La juventud venezolana también ha sido víctima de un régimen que en 22 años ha dejado un país destrozado, que nos ha obligado como venezolanos a huir de mafias, a abandonar estudios y metas, porque la duda siempre está presente.

Los diferentes liderazgos juveniles hemos tenido la oportunidad de ser la voz de aquellos a los que se ha censurado por no pensar igual a quienes hoy forman parte de la tiranía en Venezuela. La realidad es que lo nuestro ya no es solo una lucha estudiantil o universitaria, como jóvenes hoy llevamos con nosotros la bandera de las distintas luchas de la sociedad civil, y de todos y cada uno de sus sectores, porque cada vez es más claro para nosotros que es nuestra responsabilidad rescatar este país.

Venezuela anhela un liderazgo real, que no juegue con la vida de sus ciudadanos, que no negocie o pacte a escondidas la libertad de los suyos; necesita un liderazgo ético, moral, que se comprometa a la verdad, que realmente ponga todo su esfuerzo en la búsqueda de la libertad y en la ruptura de todo lo que representa la criminalidad y complicidad del país.

Creemos en los mecanismos de fuerza para generar la presión necesaria en aras de lograr la rendición del régimen criminal. Es por eso que los venezolanos no podemos dejar de lado nuestra labor de reconfigurar la fuerza ciudadana en protesta sostenida ante las atrocidades que hoy vive el país, sin indiferencias, sin darle paso a la apatía o a la inacción.

Desde aquí le enviamos un mensaje a nuestras familias, nuestros amigos, nuestros vecinos y a cada persona dentro y fuera de Venezuela. Saben quiénes somos, que vivimos los mismos problemas, es momento de confiar en la juventud de este país y en que de nuestra parte no existirán excusas ni titubeos para enfrentar sin quebrarnos al régimen criminal que ha hecho pedazos a Venezuela.

 

Direcciones Ejecutivas Estadales Juveniles de Distrito Capital y Miranda

Caracas, 12 de febrero de 2021