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(Valencia. 03/02/2021) El mes pasado Maduro anunció en el parlamento írrito, de mayoría oficialista, y con una “oposición” colaboracionista que este año 2021 la economía se digitalizará completamente, sin menoscabo de la moneda de curso legal en nuestro país. Además, dijo que autoriza a la banca venezolana para abrir cuentas en divisas y así facilitar el pago de bienes y servicios, en medio de la dolarización de facto que atravesamos como consecuencia de la situación hiperinflacionaria que castiga el bolsillo de los venezolanos, estos se han visto en la necesidad de resguardarse en una moneda más fuerte como lo es dólar.

Días después de lo anunciado por Maduro algunos bancos privados han comenzado a ofrecer las tarjetas de débito a sus clientes quienes mantengan en el país cuentas en dólares, a la par del estatal Banco del Tesoro con permiso de las autoridades financieras, pero sin la previa publicación de la resolución con los lineamientos del Banco Central de Venezuela (BCV) y de la Superintendencia de las Entidades del Sector Bancario (SUDEBAN).

Estos movimientos azorados asoman las intenciones del régimen, quienes pretenden recibir dólares en efectivo y devolver dinero inorgánico, devaluado, que no les cuesta nada crear, un negocio redondo pero en su beneficio: obtener todo los dólares en efectivo que ya esta lavado; una artimaña para legitimar capitales, pero además es una forma que planea acabar con la flexibilización fiscal, asomando la voracidad fiscal insaciable que los caracteriza, al tener tus ahorros en dólares en un Banco Estatal, es mucho más fácil tener un control fiscal,  para poder determinar los activos de los contribuyentes y exigir el cobro de los impuestos. Sin mencionar que de esta forma el usurpador se desliza en un tobogán de escape con una bombona de oxígeno huyendo de la economía asediada por las sanciones financieras que ha impuesto la comunidad internacional.

El único beneficio aparente para los ciudadanos venezolanos es que en medio de una economía donde crecen las transacciones en divisas, escasean billetes menores a 20 dólares, lo que dificulta a los comerciantes dar el cambio correcto, por lo que esperan que con las cuentas en divisas y las tarjetas de débito los comercios puedan ahorrarse los problemas que surgen para dar cambios en dólares, de hecho, en relación a ello, el Banco del Tesoro publicó un mensaje en redes sociales “No sufras más con el cambio”, ofreciendo una tarjeta de débito para las compras a quienes abran una cuenta en divisas en la institución.

Esto se asemeja a los intercambios que hacían entre nativos y españoles, quienes sacaron ventaja de la “ingenuidad” de los americanos al recibir oro, joyas y bienes preciados a cambio de sus baratijas (espejos, tijeras, agujas, alfileres, broches). Algo así pretende el régimen de Maduro ofendiendo la inteligencia del venezolano, recibiendo dólares y entregando bolívares.

Por otro lado, La Superintendencia de Instituciones del Sector Bancario (SUDEBAN) prohibió recientemente a los bancos otorgar créditos en moneda extranjera ¡Qué descaro! El régimen busca alivianar su escasez de dólares en efectivo,  pero no les conviene que esos dólares vuelvan a la economía, y es esa una de las razones por la que nuestra economía está devastada, sin mencionar el tema de la confianza, que es un pilar fundamental de la economía, la poca confiabilidad se debe precisamente porque a quien emite esas políticas no es confiable, tener tus ahorros en manos de bancos estatales implicaría un alto nivel de incertidumbre porque puede ocurrir cualquier cosa, no existe confianza en el régimen de Maduro y sus políticas. No hay crédito, no hay inversión, debido a que no hay seguridad jurídica, la economía agoniza, pero las garras del régimen se entierran en el cadáver moribundo de la economía y su voracidad no logra saciarse.

Cierro este artículo, citando a un gran pensador moderno, para que reflexionemos en sus palabras, y notemos el lamentable paralelismo de ellas con nuestra realidad.

 “Un país rico en petróleo, pero sometido a un gobierno despótico, guerras endémicas y un sistema judicial corrupto recibirá por lo general una baja calificación crediticia”, Yuval Noah Harari.

No olvides que la acción es la solución.

Edgar Audilio González M.