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“La primera expresión de coraje que tenemos que tener los venezolanos para salir de esto, es el coraje de tener esperanza”. Alberto Ray

 

Estoy segura de que no hará falta entrar en detalles relativos a la gravedad de lo que estamos viviendo en Venezuela, ni desde el punto de vista de la tragedia humana y personal de cada quien -incluso desde antes de la aparición de la pandemia-, ni desde el punto de vista político, tanto a lo interno como lo que se percibe desde el ámbito internacional. Nuestro día a día como país ya es bastante gráfico y crudo; entendemos bien las enormes dificultades que cada ciudadano vive hoy en Venezuela, y lo entendemos bien porque lo sufrimos también, en tanto vivimos en este país, transitamos por sus calles, nos resistimos a la tiranía, y nos agobian las mismas calamidades que a nuestros conciudadanos.

El ambiente que se está viviendo en Venezuela hoy promueve la incertidumbre, el desánimo, y genera tendencia a la resignación, ante una aparente imposibilidad de encontrar salidas verdaderamente factibles hacia la libertad. Ahora bien, como hemos dicho en otras ocasiones, en Vente Venezuela sabemos que para comenzar a salir de esta oscuridad, es imprescindible comprender bien a qué nos enfrentamos, y aferrarnos a las premisas conocidas, que nos han mantenido firmes, sin entregar nuestra lucha, resistiendo a la embestida del régimen. Por supuesto, sabemos que tener el diagnóstico claro por sí sólo no es suficiente, tenemos que diseñar los siguientes pasos en función de nuestra responsabilidad de liderazgo ciudadano y político, y sobre todo, porque nuestros conciudadanos esperan de nosotros información, claridad, certezas, en medio de tanta opacidad e incertidumbre.

Y esto me lleva a la frase que encabeza este artículo, que le escuché recientemente al especialista en estrategias para la gestión de riesgos y estudioso del caso venezolano, Alberto Ray: “La primera expresión de coraje que tenemos que tener los venezolanos para salir de esto, es el coraje de tener esperanza”.

En Vente Venezuela tenemos muchas razones que nos motivan a sentir esa esperanza, no solamente nosotros a lo interno, sino también para transmitírsela a nuestros compañeros, vecinos, conciudadanos. No se trata de vender espejismos ni de engañar a nadie.

Comenzando por la primera certeza con que contamos, y es que en Vente no nos rendiremos hasta vencer, hasta alcanzar la libertad de nuestro país. Hacerle saber esto a cada conciudadano es imprescindible, para articular esa rebeldía de la que nos habla Ray, desde el más recóndito rincón del país, de abajo hacia arriba.

Pero eso no es todo, nuestro partido ha desarrollado una propuesta filosófico doctrinal para transformar a Venezuela en un país de vanguardia, próspero, en libertad, que denominamos Venezuela Tierra de Gracia. Una visión de futuro, innovadora, que pondrá a nuestro país como faro regional de referencia de una república liberal.

La construcción de los proyectos programáticos, en función de las visiones locales, federales y nacionales, constituye otro incentivo que permitirá acercar y vincular a los ciudadanos, organizados o no, a participar junto a nuestros líderes en dicha construcción, lo cual le dará legitimidad a nuestras ideas y a nuestros liderazgos, amén de la certeza de la sostenibilidad de esa transformación de modelo, una vez alcanzada la libertad de Venezuela.

Además de lo anterior, dado que nuestra motivación al hecho público y político nos hace conocer con mayor detalle al régimen y sus intenciones, consideramos imprescindible llevar este conocimiento a todas las comunidades, a través de nuestros Colegios Ciudadanos, para sensibilizar en torno a la pretensión del sistema criminal de implantar definitivamente el estado comunal, como un modo más feroz de control central del territorio, en un país que ha perdido su institucionalidad y su soberanía territorial. Es urgente que este mensaje permee a todos los ciudadanos en el país, alertando lo que vendrá, e intercambiando ideas en cuanto a la fortaleza de la organización ciudadana. Junto a la claridad en lo interno, es menester también elevar las voces en el ámbito internacional, a través de nuestras voces en la diáspora, que son cada vez más numerosas.

Hay muchas más ideas e iniciativas que vamos a desarrollar, vinculadas a la solidaridad, a lo político, a lo comunitario, al emprendimiento, al liderazgo, que en conjunto transmitan ese valor de rebeldía que representa la esperanza de que saldremos de esto, junto a la certeza de que seremos los que transformaremos en forma profunda nuestro país.

Tenemos que ser capaces de transmitir en nuestro entorno, a través de nuestras acciones y palabras esa fuerza que nos hace movilizarnos, esa pasión por la cual, a pesar de las dificultades, seguimos, porque no queremos quedarnos afuera, porque queremos sentir la satisfacción de haber liderado la transformación. Esta condición convierte a nuestra lucha en una lucha existencial, que es la realmente sostenible y sólida, porque surge y conecta desde adentro de cada uno, a partir de las convicciones, la coherencia, la consistencia y la visión de futuro. No es un arreglo temporal superficial y puntual. Es una convicción interna, profunda, porque se trata de la libertad.

Hay quienes piensan que eso es inalcanzable porque no es concreto, que no tiene atractivo porque aparentemente no se ofrece nada tangible. Y es todo lo contrario, sin confianza, sin certezas, y sin finalidades compartidas, no importa lo tangible que se pueda ofrecer, no será duradero. Se acabará pronto, y tendrás que volver a empezar, con el agravante del tiempo y los recursos perdidos, y el desgaste en tu consistencia, credibilidad y liderazgo. Además, no hay nada más tangible que ofrecer al ciudadano la posibilidad de ser parte de la construcción del futuro luminoso para nuestro país al que tanto queremos, nada más tangible que la certeza de que confiamos en sus capacidades y talento, que lo respetamos, y que por ello queremos que sea parte directa de esa transformación.

Estamos conscientes de que es un desafío enorme, pero esa es la dimensión de la oportunidad que tenemos para realmente vincular en forma orgánica y concreta el hecho político con la ciudadanía, y transformarlo en esa fuerza interna sólida y creciente que requerimos para empujar hacia la liberación definitiva de nuestro país. Estamos dispuestos, tenemos la convicción, y los liderazgos para llevarlo a cabo. Esa es la agenda que nosotros estamos desarrollando, la agenda ciudadana, y es ahora, porque no hay tiempo que perder.

 

Catalina Ramos / @caramos61

Coordinadora Nacional de Asociaciones Ciudadanas de Vente Venezuela.