La esclavitud moderna se basa en la definición del «trabajo forzoso u obligatorio” que comprende el trabajo o servicio exigido “bajo la amenaza de una pena cualquiera.” La Organización Internacional del Trabajo, lo define como una forma de trabajo forzosa que constituye una forma contemporánea de esclavitud.
La esclavitud moderna es un flagelo que recorre el mundo, sus principales promotores y ejecutores son el Régimen cubano y el venezolano, quienes lideran y son corresponsables de este tipo de violación grave de los derechos humanos, a través del acuerdo “Convenio Integral de Cooperación” médicos por petróleo, ejecutado por el Ministerio de Salud Pública de Cuba y la estatal PDVSA, en ambos países y sus territorios.
Este convenio usa a los trabajadores del área de salud de la fuerza laboral cubana como fuente generadora de divisas a favor del Estado criminal, para así, este sostenerse, cobrar y robar casi la totalidad de los ingresos de los médicos. El abuso del régimen cubano sobre su población urgida de cubrir sus necesidades y subsistir a las precarias condiciones en que viven, cada vez es peor.
Ambos regímenes han obligado, colocado y expuesto al personal de salud a condiciones de cautiverio, trabajo forzoso y servidumbre, con la finalidad de compensar y así descontar, la deuda del acuerdo comercial que es un ilícito criminal desde el punto de vista jurídico, humano y moral.
Estos dictadores sostienen estas prácticas y lo seguirán haciendo, por lo tanto son corresponsables de los hechos continuos desde hace más de dos décadas, ya que la esclavitud y maltrato al que son sometidos los médicos cubanos en misiones de trabajo fuera de su país, han sido condenados en las Naciones Unidas de una manera muy contundente, tanto por la Relatoría de Esclavitud como por la de Trata de Personas.
El Régimen Venezolano ha aprendido también este modelo de esclavitud, que se puede evidenciar en la desaparición del salario mínimo que ahora es un indignante ingreso de menos de $2 al mes, también se ve en las pérdidas de beneficios sociales y la violación de los DDHH como la libertad de expresión.
Asimismo, ha fomentado la trata de personas o la prostitución de mujeres y menores en zonas como el arco minero, donde existen denuncias de abusos y violaciones de los DDHH de manera sistemática. Es momento de detener estas prácticas denigrantes, el llamado es a los Organismos Internacionales a dedicarse a demoler este tipo de conducta por parte de regímenes usurpadores que se aprovechan del poder.
@ramonbejarano15
@ventebolivar