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“La empresa es la única institución humana creadora de riqueza”

A través de un forochat organizado por Vente Venezuela, el empresario, articulista y profesor universitario habla del vínculo ineludible entre mercados, innovación y generación de riqueza

(Caracas. 30/11/2020) El empresario y articulista David Morán expresa mucha confianza en la capacidad de innovación de los venezolanos: “Si les das la oportunidad, hacen una escalera que llegue a la luna”.

Sin embargo, es tajante al decir que Venezuela no es un país rico, pues para que las naciones sean prósperas debe haber dos elementos que hoy el país no tiene: instituciones republicanas y libre mercado. Ellos serán claves en la Venezuela libre.

Morán expone sus ideas en el forochat “¿Es Venezuela un país rico?”, organizado por las coordinaciones de Asociaciones Ciudadanas y de Gestión Pública del partido Vente Venezuela a través de la aplicación Whatsaap. “Venezuela es un país extremadamente pobre”, comienza Morán de manera directa, respondiendo algunos comentarios iniciales de los más de 160 participantes, quienes, en su mayoría, afirman que el país posee numerosos recursos naturales.

Él les dice que la clave para la riqueza no es la posesión de esos recursos. Menciona los ejemplos de Israel, Singapur y Suiza -países ricos que no cuentan con tantos recursos de la naturaleza- y los compara con países pobres como Argentina, Rusia y la misma Venezuela, que poseen más recursos.

El índice clave que usa David Morán para su conclusión es el Producto Interno Bruto per cápita (PIB per cápita), es decir, el Producto Interno Bruto de un país dividido entre la cantidad de habitantes que tiene. Es, en palabras sencillas, cuántos dólares produce un ciudadano de un país en un año. Hasta octubre de 2020, el PIB per cápita venezolano fue de 720 dólares, inferior al de Haití, que alcanza 732 dólares; Nicaragua, 1.740 dólares. Es decir, un haitiano y un nicaragüense producen más dinero que un venezolano, aunque mucho menos que el promedio de América Latina, cuyo PIB per cápita es de 6.560 dólares.

República Dominicana, país que comparte isla con Haití, tiene un PIB per cápita de 7.440 dólares. “Ya comenzamos a sospechar que la posesión de recursos naturales no es lo determinante para la riqueza”, insiste Morán. Y subraya que “Venezuela tiene inmensos recursos naturales: agua en abundancia, oro, diamante, bauxita, hierro, una base energética enorme con viento y sol, clima extraordinario, recursos petroleros enormes, 100 años de historia petrolera. Y miren cómo terminamos”.

“Hay una relación entre la producción de renta producida por los ciudadanos con su bienestar. Mientras mayor sea el PIB per cápita, generalmente, la gente vive mejor, se siente más satisfecha, tiene mejor calidad de vida”, continúa el especialista, mientras se refiere a países que no tienen tantos recursos naturales como Venezuela y sí son ricos: Israel, con PIB per cápita de 41.560 dólares; Singapur, 58.480 y Suiza, “un país chiquitico”, 81.870.

La clave de la innovación

David Morán, miembro de la Comisión de Energía de la Academia de Ingeniería y Hábitat de Venezuela, destaca que los países que han logrado convertirse en prósperos se han basado en la innovación y en la libertad. Ambas variables –de acuerdo con su exposición- son necesarias para alcanzar la riqueza y lo serán aún más en la Venezuela libre.

Explica que pobreza y riqueza son “condiciones dinámicas”: países pobres pueden convertirse en ricos y viceversa. Ejemplifica con Vietnam, que era muy pobre hace 40 años y hoy es uno de los más prósperos, y con la misma Venezuela, que era rica hace 40 años y hoy es una de las más pobres. En el caso venezolano, las causas se encuentran en la destrucción de las instituciones y en el bloqueo al libre mercado, que devino en la falta de inversión en mantenimiento de la infraestructura nacional.

El libre mercado y las instituciones republicanas que garanticen respeto a las reglas de juego estimulan la innovación, que es otra clave de la riqueza. Morán aclara que innovación no es, necesariamente, hacer algo totalmente nuevo: “La innovación es también el cambio de los procesos organizacionales, que transforman el trabajo y las materias primas, que agregan valor a las sociedades”. Así, explica tres tipos de innovación:

  1. Innovación sustentadora: es un proceso continuo de mejoramiento de los procesos de producción y comercialización ya existentes.
  2. Innovación de eficiencia: permite crear más por menos. Se enfoca en la reducción de los costos de producción y de prestación de servicios.
  3. Innovación disruptiva: es la creación de nuevos mercados. Esto ocasiona, generalmente, desarrollo y prosperidad autosustentable por más tiempo.

Nuevos mercados, trabajo y dignidad

De los tres tipos de innovación existentes, David Morán se detiene en la disruptiva, es decir, en aquella que crea nuevos mercados. Esta es muy positiva, porque “crea nuevos puestos de trabajo que no existían en las industrias anteriores”. Esto es vital para el desarrollo de una nación, sigue insistiendo.

“Una persona con trabajo se hace más digna y tiene sentido de pertenencia, de autoestima y se convierte en consumidor de otros productos de otras empresas, que, a su vez, generan otros puestos de trabajo. La innovación es fundamental en la creación de empleos”, completa. Es un círculo virtuoso, ya que la innovación genera inversión en logística, recursos humanos, investigación para el desarrollo y en infraestructura. Esto mantiene y hace adaptable a una nueva industria.

La riqueza de un país, producto de la libertad y la innovación, se vislumbra materializada en su infraestructura; tanto en la “infraestructura dura” (como los puentes, las carreteras, los sistemas telefónicos, los aeropuertos y otras obras civiles), como en la “infraestructura blanda” (la salud y la educación). “La infraestructura es el sistema que almacena y distribuye recursos”, resume Morán.

“En los hospitales distribuimos salud, los museos permiten almacenar obras de arte. El valor de la infraestructura es proporcional al valor de lo que almacena o distribuye. Si eso tiene poco valor, esa infraestructura va a colapsar. Si las escuelas aportan poco valor, esas escuelas terminan siendo cerradas. Los CDI [Centros de Diagnóstico Integral] están cerrados porque, para lo que fueron creados, ya no daban resultados”, especifica.

Y espeta: “Las infraestructuras van a desaparecer o a permanecer en la medida en que aporten valor […] Los mercados son los capaces de atraer inversión en infraestructura para mejorarla y que se mantenga”.

Los mercados y los pobres

Los mercados son necesarios para acabar con la pobreza. David Morán explica que los pobres –o los “no consumidores”, como la economía los define- pasan a poder acceder a un producto o servicio cuando los mercados abren nuevas oportunidades. “La innovación va creando nuevos mercados, que les permiten a esas personas integrarse”, plantea. Ejemplifica con el desarrollo de la telefonía en Venezuela: “En la medida en que los costos fueron bajando, más gente fue accediendo”.

En los mercados, las empresas son el motor. “La empresa es la única institución humana creadora de riqueza”, dice tajante. “La empresa es el proceso más constante de innovación y de mejora continua que ha tenido la humanidad y para ello la libertad de empresa, de asociarse, de emprender, crea también las posibilidades de innovar y de generar ese círculo virtuoso”, resalta.

De la práctica disertación de Morán se concluye que Venezuela está mandada a dejar atrás el socialismo. Este sistema interviene en los mercados, que son el escenario del flujo de la innovación y el arma contra la pobreza. En 100 años de socialismo se han visto consecuencias devastadoras en los países en los que se ha implementado. El Estado debe intervenir de manera muy limitada en la economía, “solo para corregir en algunas cosas”. De todo esto reflexiona Morán en el forochat.

“Los países que se quedan atrás son los que alteran los mercados. Los mercados necesitan respeto, seguridad jurídica, árbitros imparciales, que no alteren los sistemas de precios. En Venezuela se alteró todo eso: el precio del salario, del dinero, de la divisa, de bienes y de servicios”, continúa planteando el también profesor universitario en sus notas de voz, que luego son respondidas de manera afanada por la audiencia.

Y dice, para cerrar: “El mercado es la máxima expresión de la civilización. Tiene cinco mil años perfeccionándose. Son hombres libres, intercambiando el producto de su esfuerzo, de su trabajo, de su empresa”.

Puede haber hombres muy listos, muy innovadores, muy creativos; pero si el sistema no permite que ese espíritu fluya de manera libre, la pobreza es el destino. Como exactamente ocurre en la Venezuela de hoy, donde se desaprovechan recursos naturales y humanos. Lo importantes es asumir este aprendizaje.

Preguntas desde cada rincón

David Morán y los comentaristas del forochat, Catalina Ramos –Coordinadora Nacional de Asociaciones Ciudadanas del partido- y Melquíades Pulido –Coordinador de Gestión Pública del partido-, responden, una a una, las preguntas de los conectados. A continuación, sus mensajes claves a los distintos planteamientos que le hacen desde distintos rincones de Venezuela:

  • Venezuela tuvo un altísimo PIB per cápita; pero no es hoy un país rico, porque perdió lo que le hizo ser rico. Sin embargo, este país es de oportunidades a futuro. Venezuela Tierra de Gracia, proyecto de Vente Venezuela, identifica todas esas oportunidades para ser un país del primer mundo.
  • Vente es la primera organización que le ha mostrado al país lo terrible que es el socialismo y ha tenido la capacidad técnica de entender al socialismo como una industria del saqueo. Hay que seguir de pie enfrentándolo hasta que sea derrotado.
  • En los socialismos el mérito es eliminado, aniquilado, perseguido, porque se sustituye por la militancia, el totalitarismo de un solo partido y el sometimiento de la población. Cuba, Corea del Norte, Nicaragua tienen como enemigo a destruir el mérito académico.
  • La confianza vuelve estableciendo un régimen de libertades civiles. El tiempo de recuperación del país no se sabe. Lo que sí es cierto es que el estado de ánimo de la gente cambiará de manera automática con un régimen de libertades: son las expectativas positivas. La gente comienza a sentirse mejor, los procesos virtuosos de creación e innovación florecen.
  • Venezuela es particular, que la hace que pueda lograr un notable crecimiento económico en poco tiempo, porque tiene una infraestructura descomunal y si se hacen procesos de innovación a partir de ellas será maravilloso. Es el caso de la infraestructura de la industria del acero, del aluminio, del cemento. Venezuela tiene tantas potencialidades que lo único que necesita es libertad.
  • En todos los países donde se han propuesto acabar con el horror del socialismo, se ha logrado.
  • La revolución 4.0 permite que cualquier venezolano, esté donde esté, aporte como especialista en determinada área; con sus contactos; con capital de inversión; con vinculación con otros empresarios; con universidades; con especialistas o a través del turismo, viniendo a visitar a su familia y al país. Es una gran oportunidad para la Venezuela Tierra de Gracia.

 

Perfil de David Morán

David Morán es empresario y articulista, miembro de la Comisión de Energía de la Academia de Ingeniería y Hábitat de Venezuela. Fundador de empresas de comunicación, agrícolas y de consultoría en ingeniería industrial. Ha sido miembro de juntas directivas de empresas de construcción, banca y finanzas y producción de lubricantes minerales de productos cárnicos y agrícolas.

Fue miembro del equipo negociador del Programa de Negociación y Ajuste de la Agenda Venezuela ante el Fondo Monetario Internacional, el Banco Interamericano de Desarrollo y el Banco Mundial. Fue miembro de la comisión presidencial para la reforma del sistema presupuestario nacional. Fue miembro de la junta directiva del Banco Nacional de Ahorro y Préstamo y corredactor de la Ley de Política Habitacional.

Es profesor universitario en planificación estratégica. Posee la Orden Francisco de Miranda en segunda clase y la Orden Mérito al Trabajo segunda clase.