El día 3 de noviembre de 2020 llegarán a su fin las elecciones presidenciales de los Estados Unidos de Norteamérica. Quizás sean las elecciones de mayor relevancia en las últimas décadas, pues están en juego dos visiones distintas de la civilización occidental. Por un lado están Joe Biden y Kamala Harris y, por el otro Donald Trump y Mike Pence.
La fórmula demócrata es la que más enciende las alarmas de algunos defensores del hemisferio, llama mucho la atención su candidata a la vicepresidencia, Kamala Harris, quien es del ala más radical de la izquierda norteamericana, fue catalogada como la senadora más radical del senado americano, también es fuerte defensora de las ideas socialistas y, de querer abolir el Fracking en industria petrolera norteamericana.
Destaco a Kamala Harris porque el candidato a la presidencia de los demócratas, a mi parecer, no es más que un instrumento de fuerzas mayores a él mismo, que quieren acceder a la Casa Blanca.
De ganar los Demócratas las elecciones norteamericanas podría ser, el inicio de un oscuro camino para los Estados Unidos y la civilización occidental, pues todas esas fuerzas antioccidentales, antiamericanas, impulsoras de los conflictos raciales, sociales e ideológicos, podrían haber llegado a la Casa Blanca y sería celebrado por los regímenes de Irán, China y, Venezuela. Pues significaría en el mejor de los casos un alivio sobre sus sistemas crimínales de opresión.
En el lado republicano está el presidente Donald Trump quien busca la reelección, todo un personaje histriónico, de carácter imprevisible, y que no reúne los requisitos del típico performance político de un jefe de Estado. Pues proviene del sector empresarial y del entretenimiento por Televisión. Es todo un personaje sin clara definición ideológica, que se enfoca en mostrar sus resultados rápidos en sus áreas competentes.
Meses antes de que estallara la crisis sanitaria del COVID-19 la economía americana había batido varios récords en reducción de impuestos, reducción del desempleo en las minorías étnicas con tasas históricas, récord de capitalización en las bolsas de valores, producción de petróleo, aumento del ingreso medio de los norteamericanos, etc. También en esta semana se batió récord de la recuperación en un trimestre más alta de la economía norteamericana, y así con otros indicadores económicos que indican que la flexibilización de la cuarentena en los Estados Unidos ha permitido el repunte de la economía.
También, ha logrado imponer sendos acuerdo de paz en el Medio Oriente donde Israel ha podido establecer relaciones armónicas con varios países que eran enemigos del Estado de Israel tales como, Emiratos Árabes Unidos, Bahrein y Sudan.
En cuanto al régimen criminal venezolano ha sido el principal y más poderoso aliado que ha tenido la causa por la libertad en Venezuela, la administración de Donald Trump ha presionado más al régimen de Nicolás Maduro que ningún otro en historia reciente, desde las sanciones que han tambaleado al régimen, pasando por las acusaciones penales del Departamento de Justicia a la alta jerarquía de la tiranía chavista, el apoyo al Gobierno Interino presidido por Juan Guaidó y, una operación antinarcóticos sin precedentes frente a las costas venezolanas en el cual una coalición de más de 20 países lideradas por los Estados Unidos ha logrado incautar y decomisar toneladas de cargamentos de droga, que se ha convertido en un verdadero dolor de cabeza para el régimen, pues han perdido una importantísima fuente de financiamiento para su sistema represivo y de control dentro del país.
Yendo más allá, la administración Trump ha dejado clara su intención de impulsar la liberación de Venezuela, intuyo la determinación de un supuesto segundo mandato de esa administración endurecerá aún más sus acciones en contra de la tiranía de Nicolás Maduro, pues no sólo se trata de la libertad y la democracia de un país, es un tema de seguridad nacional en los Estados Unidos; resulta que el territorio venezolano es el centro de operaciones de fuerzas criminales y terroristas que ponen en peligro su seguridad interna, la paz de la región, y la estabilidad hemisférica.
Por todas estas razones que aquí he descrito, considero que la reelección de Donald Trump es fundamental para la paz, la estabilidad y, la libertad del hemisferio occidental.