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Faltan días de intensas lluvias en Venezuela. Cambio climático incluido, un fenómeno tan natural para nosotros se convierte en una injusta tragedia. Injusta por varios motivos. Pagamos con exactitud y puntualidad los impuestos. Hasta el más desfavorecido del país debe cancelar el IVA y, a pesar de pagar esta suerte de alquiler por soportar al régimen que se roba más de la mitad del canon, no tenemos ninguna contraprestación. No hay servicios públicos,  ni siquiera medianamente eficientes. Cae un buen palo de agua y se desbordan los ríos, se inundan las calles, se lleva por el medio las casas. Es lo que ha ocurrido, como muchísimas veces más se repite en el país, con El Limón, en el estado Aragua, y otras zonas de ese estado.

De repente, las personas se quedan sin sus viviendas y enseres. Pierden hasta el modo de andar. El Estado que debió tomar previsiones, simplemente no lo hizo, porque no hay Estado. Se sabe que el río puede desbordarse, pero no se hace nada y no hay funcionario público que asuma la responsabilidad de una situación trágica, sobre todo cuando hay muertos y malheridos. Por supuesto, se activa inmediatamente la solidaridad ciudadana. Hay acopio de medicinas, ropa y alimentos para los necesitados, los que hicieron inmensos sacrificios por construir sus casas y, repentinamente, lo pierden todo.

Aunque son varias las veces que se guisan los donativos, es la verdad, porque en las alcabalas policiales hay inescrupulosos que toman arbitrariamente para sí algunas cosas, dejando después pasar la comitiva de los donantes. Pero estos palos de agua son diferentes a los de otras épocas, porque también llueve de arriba hacia abajo y de abajo hacia arriba, el Covid-19.

Entonces, las operaciones de salvamento y auxilio se complican. Y todos corremos el mismo y gran riesgo, porque un brote gripal puede dar lugar a severos y hasta mortales problemas con el coronavirus. Y he acá, de nuevo, el punto: el monumental desastre del Estado venezolano de orden sanitario, dramáticamente se actualiza día por día, hora por hora, gracias a la pandemia. Sacar a Maduro es más fácil que pedirle que él resuelva el desastre sanitario para aliviar la incidencia del coronavirus. No quiere y no puede.

@juanpablogve