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El español o castellano, es una lengua romance procedente del latín hablado. Pertenece al grupo ibérico y es originaria de Castilla. Es la segunda lengua del mundo por el número de hablantes nativos, con 463 millones de hablantes nativos, aproximadamente.

La idea de lenguaje puede emplearse con referencia a la facultad de expresión que tiene el ser humano; o a la lengua entendida como un sistema de signos que sirve para comunicarse. Inclusivo, por otro lado, es un adjetivo que califica a aquello que incluye o que permite incluir.

Asimismo, la noción de lenguaje inclusivo o no sexista, popularizado en los últimos años y hasta existe una guía práctica para desarrollarlo, nace en los años 60´s del siglo pasado como un reclamo del Feminismo por dejar de “invisibilizar” a la mujer, con 3 argumentos: Al utilizar palabras masculinas para hacer referencia a un grupo de genero mixto (todos los presentes), el uso del pronombre masculino singular como el predeterminado para referirse a un género desconocido (el personaje) y el uso de marcadores de géneros innecesarios que no deberían aplicarse a una profesión u oficio (la presidente). El castellano tiene una particularidad que no se encuentra en otros idiomas, en el castellano los sustantivos tienen género, hay palabras masculinas y hay palabras femeninas. En torno a estas palabras se articula el sistema lingüístico como lo conocemos. El lenguaje nace de manera natural, y en él se encuentran una serie de reglas.

El concepto alude al modo de expresión que evita las definiciones de género o sexo, abarcando a mujeres, varones, personas transgénero e individuos no binarios por igual. Parten de la base de que el masculino singular no es neutro, sino que responde a una histórica intencionalidad de excluir al género femenino de la comunidad, y que esto está enraizado en el lenguaje machista de una sociedad patriarcal.

Para ello, proponen el uso del femenino singular como genérico como una forma de discriminación positiva, o la utilización del símbolo @ además de la letra “x” lo cual era un problema porque no se puede fonetizar, su pronunciamiento es imposible. Para conseguir un nuevo neutro que no discrimine se decidió el uso de la letra “e”.

La polémica está servida. Para mí, es el lenguaje una herramienta de comunicación neutra, y lo que lleva intención es el contenido, para los defensores del lenguaje inclusivo, el lenguaje es un constructo social que evidencia los rasgos de un grupo social determinado, como el racismo, el clasismo o el sexismo.

El lenguaje inclusivo es utilizado sobre todo en los círculos políticos de la izquierda paciente, la cual explota la cultura de la victimización y capitaliza políticamente a quienes se sienten oprimidos y hasta ahora notan que el lenguaje les excluyo por mucho tiempo, engañándoles con esta falsa realidad.

Según la premisa anterior, una sociedad machista posee un lenguaje machista, y en nuestra sociedad podemos percibir una esencia patriarcal en las expresiones lingüísticas más comunes. La consecuencia de este hecho es que la mitad de la población, el sector femenino, se siente excluido por lenguaje. La verdad, es que no debemos desdoblar (trabajadoras y trabajadores, niñas y niños, amigas y amigos, todas y todas, etc, etc). Tampoco desnaturalizarlo y hasta empobrecerlo forzando aberraciones dentro del campo léxico del castellano.

Pienso, es exagerado pensar que el lenguaje es desigual y que pretende legitimar la posición del poder del varón. Por ejemplo: las lenguas semíticas por lo general nunca han marcado géneros, el árabe clásico no tiene género, el turco no tiene género. ¿ustedes creen que esas sociedades son más igualitarias? La respuesta es: ¡NO!. La mayoría de las lenguas del mundo no marcan géneros, y son tan machistas o igualitarias como sea la sociedad donde se difunden.

La inclusión no está en una “@”, “x” o “e”, la inclusión no está en el cambio de palabras, es ridículo pensar que, en vez de referirnos a TODOS para hacer alusión a grupo de personas, lo hagamos con un TODES. Sí, hay que fomentar el rol de la mujer, la igualdad en oportunidades y ante la ley, nunca leyes especiales para colectivos, el leguaje no va a arreglar por si solo los problemas de discriminación laboral, abusos y violencia de genero. Pero hay algo más peligroso que un problema de velocidad en el pensamiento o de expresiones, para que esté a gusto una parte de la población, el real problema está en la agenda colectivista de los enemigos de la libertad, porque nada atenta más contra la libertad que un Estado que te indique como hablar o un colectivo que pretenda una imposición sobre el pensamiento como instrumento ideológico.

Se puede citar el fenómeno sucedido en Suecia, La Academia de la Lengua Sueca, reconoció el pronombre “HEN” (pronombre sin género), entre el femenino “HON” y el masculino “HAN” para representar a los trans y los no binarios, pero poco se habla de cómo Estocolmo se convirtió en la capital europea de las violaciones y asaltos sexuales a sus mujeres. Esto indica que el lenguaje evoluciona por la práctica de los hablantes y no desde las instituciones o capricho de un sector. Lo que debe ser revisado son las circunstancias, no el lenguaje.

El masculino gramatical funciona en nuestra lengua como termino inclusivo… no tiene intención discriminatoria alguna.