Como siempre la «UNIDAD» se convierte en un mecanismo de chantaje.
Repito: la unidad debe existir en cuanto se refiere al propósito; nuestro propósito es salir de Maduro y sus mafias, no su permanencia ni mucho menos prolongar la agonía de miles de venezolanos.
Debemos tener clara cuál ha sido la ruta que hemos marcado desde el inicio, saber nuestros logros y fracasos para entender que hacer en esta última fase para la liberación del país. Venezuela, sumergida en hambre, pobreza y muerte, necesita consolidar una acción eficaz construida en base a todo lo que hemos realizado para no fracasar, esto requiere de mucha inteligencia, pero sobre todo contundencia; sin contundencia y convicción jamás podríamos concluir este capítulo amargo para la libertad y la democracia venezolana.
A los ciudadanos (incluyendo a los partidos que se «oponen» al régimen) se le ha presentado una propuesta coherente, eficaz, que permite la liberación y expulsión de todas las mafias que operan en el país. Presentamos una ruta clara en el marco de la URGENCIA y PELIGRO que representa tener a estos criminales usando el poder del estado. La Operación de Paz y Estabilización (OPE) reúne todo por lo cual hemos venido luchando, entendiendo cuales vías fueron cerradas al reconocer la calaña a la que enfrentamos. Para lograr nuestro propósito en unidad, sabiendo que nuestro objetivo es la libertad de Venezuela, debemos proponernos ejecutar este plan sumando a nuestros aliados de la comunidad internacional; necesitamos una verdadera unidad internacional en llave con la fuerza de los ciudadanos que gritan a diario, ¡Libertad!
Muchos han sido los «pactos unitarios» que se incumplen al momento de negociar, dialogar o incluso irrespetar las propias alternativas acordadas para dirigir al parlamento y a su junta directiva. La unidad no puede ser usada como mecanismo de macolla, robo y burla a los millones de venezolanos, mucho menos cuando es disfrazada de oposición para supuestamente rescatar la libertad y la democracia.
Venezuela entera clama por una unidad verdadera; una unidad que realmente decida ejecutar un plan eficaz y ponga fin al sufrimiento para que renazca la justicia como base en la construcción de un país nuevo. Nosotros los ciudadanos siempre hemos estado unidos, claros, consecuentes al momento de combatir a los criminales, no solo arriesgando nuestra vida sino aquella identidad preciada representada en la libertad y propiedad.
Hoy, cuando lo único que nos queda es perder por completo nuestras vidas, decidimos apostar a todo, a esa propuesta real que mide realmente la peligrosidad de estos rufianes. La Operación de Paz y Estabilización reúne meticulosamente lo que necesitamos: acorralar a los malandros para que suelten Venezuela y expulsarlos por la paz y tranquilidad nuestra, incluyendo a la región. El mundo sabe lo que pasa, conoce sobre los negocios de narcotráfico y las operaciones de grupos terroristas y guerrilleros que amenazan a todos los países con guerra y sometimiento, así como lo padeció Colombia en manos de estos delincuentes vividores de lo ajeno.
Los venezolanos estamos claros de la ruta a seguir, solo falta que los partidos que dicen ser opositores hagan cumplir su palabra y ejecuten esta última carta de la libertad para erradicar por completo todos estos males que aniquilaron la vida y la libertad de cientos de familias. El llamado a la Presidencia Interina es claro, sin vacilaciones, ni juegos. Juan Guaidó debe dar el paso o la historia se encargará de él y quiénes integran el G4.
Hablemos de unidad, pero de una unidad verdadera en cuanto se refiere a conquistar la libertad.
David A. Torres B.
Dirigente de Vente Mérida
Twitter: @DavidATorresB
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