Las situaciones tienen un límite, «nunca se puede confiar en la acción que detonará un ser con hambre y desesperado; pues este reacciona como león hambriento en medio del desierto».
La confianza del actual régimen deja mucho que pensar, la desatención a los servicios públicos es descomunal. Las madres y padres de Venezuela sufren una problemática social que rasga el velo de la actual política improvisada y poco confiable; y es que la falta de gasolina, gas, electricidad, trabajo, precario sistema de salud, desespera hasta al más fuerte. El descontento es tal, que ya no es un tema únicamente popular, ahora es militar y político, que va desde las más altas esferas gubernamentales hasta los hogares más humildes de la nación.
Salir y no darse cuenta de cómo la tensión por la grave situación que se vive es tan evidentes, que no se podría ocultar ni con el poder sobrenatural más grande; me atrevería a llamar esto en «el año del zombie venezolano», porque tal es la desidia que se vive, que no existe explicación alguna que esconda el dolor en los rostros de nuestros hermanos.
Los días pasan lentamente, el descontento nacional crece de manera descomunal y el despertar a una nueva Venezuela comienza a latir.
No hay que desmayar, toda las cosas nos ayudan para bien. Es tiempo de fortalecernos en medio de una de oscuridad, que dará a nuestras vidas una gran experiencia, gloria y prosperidad.
Aprovechemos esta eventualidad compleja para la historia de Venezuela, y reflexionemos, pero sobre todo, anhelemos con fuerza y la mirada puesta en Dios Todopoderoso, la libertad absoluta de nuestro país.
Antonio Bermúdez
Licenciado en Administración de Empresas y Chef Profesional
Coordinador estadal de promoción
de valores de Vente Barinas
@chefbermudez