De entrada a la presente exposición debo manifestar que María Corina Machado no requiere presentación debido a que, para propios y extraños, para quienes les viene bien su intervención o no, ya ella cuenta con la presencia suficiente puesta de manifiesto en cada una de sus realizaciones. Aunado a lo anterior, es de observar que ella se encuentra muy lejos de caudillismo y de esos mesianismos de los que hicieron y continúan haciendo uso de pretendidos líderes, que empantanados en populismos no aprendieron otra cosa que engañar con promesas distantes de ser cumplidas cometiendo la grandísima falta de respeto hacia los ciudadanos en quienes solo han visto, objetos de sus apetencias.
En orden a lo dicho, es de apuntar que entre las necesidades originadas por la presente adversidad, se encuentra la de exigir la intervención de líderes a la altura de tales circunstancias, capaces de interpretar el sentir de muchos y con la visión de gestar y desarrollar los proyectos, planes y programas que -al menor tiempo y costo- hagan posible la recuperación de Venezuela.
Resulta interesante detenerse en asuntos como los mencionados, por cuanto, como resulta obvio, el cambio requerido exige, entre muchos aspectos, mejorar la calidad de vida de la ciudadanía mediante el apropiado tratamiento de los elementos socio-económicos, así como la orientación de las políticas públicas en lo referente al mejor rendimiento y aprovechamiento favorable de bienes y servicios afectos a la cosa pública.
Ahora bien, aquí el pensamiento se nos va hacia los actores sociales que de alguna manera tendrán la responsabilidad de orientar, conducir y ejecutar dichas políticas. Entonces preguntamos: ¿Con quién se cuenta para eso?
La respuesta no resulta tan fácil, al mejor estilo de aquella frase popularizada por aquel personaje de una novela televisiva, al decir: -«Como vaya viniendo, vamos viendo»-, y sin buscar recurrir a una verdad de perogrullo, en referencia a lo ahora denominado: «situación país» o «el problema Venezuela», este país no resiste más de populistas, pseudolíderes oportunistas, delincuentes de riqueza mal habida, ni de traficantes de los bienes y servicios públicos puestos a la orden de particulares y de grupos de poder.
De aquí que la demostración puesta en evidencia por parte de la líder MARÍA CORINA MACHADO llamando y accionando a la recuperación de la República, el cual pasa por el surgimiento de un liderazgo fundado en el mérito de los valores y principios éticos-morales en correspondencia con el carácter personal apropiado para el rendimiento favorable de la función pública en toda su extensión. He aquí un aspecto del carácter: honestidad, coraje, arrojo y fuerza de María Corina.
Asdrubal Romero Silva
Abogado
Secretario político municipal – DEM Barinas
@AsdrubalRomer16