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Marty McFly regresó al año 1955 para arreglar un asunto familiar, lo hizo viajando al pasado con el Doc quien hacía el papel de científico viajero del tiempo, fueron a donde el presente era futuro. En la película de 1985 “Volver al futuro” se presentó de forma divertida la hipótesis física de la existencia de universos paralelos y de la posibilidad de viajar de uno a otro en líneas de tiempo diferentes.

Para las almas inmortales no solo existe un futuro en esta vida sino que también existe otro después de la muerte que se materializa en un cielo, en un infierno o en una reencarnación. Para los que no creen en la trascendencia del alma, el futuro es aún más importante ya que sólo hay uno, la oportunidad es una sola.

En la filosofía del tiempo los presentistas consideran que solo existe el presente, el futuro y el pasado están aquí y ahora simultáneamente en un espacio-tiempo relativo y para los seguidores de filosofías pragmáticas como Richard Rorty para quien el futuro es nuestra única “razón y justificación”.

Según los pragmáticos el trabajo no consiste en buscar la verdad entendida como “la forma en que las cosas son realmente” sino en buscar la libertad, entendida como “hacer el futuro más grande que el pasado”. Sencillamente permitir que podamos hacer más, decir más e imaginar más.

En las ciencias, la ficción, las religiones, el arte y la filosofía siempre hay por lo menos un futuro y una característica que comparten todas es que el futuro no viene dado ni se reparte sino que se construye desde el presente, “cosecharás lo que siembres” y “llegará el momento del juicio final” son expresiones de la sabiduría popular de esta verdad innegable.

Elie Wiesel fue capturado por los Nazis cuando tenía 14 años, sobrevivió a los campos de concentración donde murieron millones y en 1986 recibió el Premio Nobel de la Paz. Como la de Ellie hay miles de historias donde desde las condiciones más atroces se levantan la voluntad y la fuerza para forjar un futuro extraordinario.

No es verdad que no hay futuro, no es verdad que nos lo secuestraron. Los pasos de la humanidad por el tiempo han demostrado, siguen y seguirán demostrando que el espíritu humano es inconquistable, no importa cuán hondas las caídas, no importa cuán duras las circunstancias, saldremos con bien de la opresión y ese futuro que estamos construyendo será el presente del mañana.

Finalmente recordemos las palabras del futurologo Patrick Dixon “Tome las riendas del futuro o el futuro tomará las suyas”.

 

 Andrés Hocevar
Coordinador de formación de Vente Mérida
@ajhocevar