“Se ha dicho que el estudio de la política a través de sus finanzas, trae consigo las mismas ventajas y limitaciones que el estudio del cuerpo humano a través de los rayos X: mucho de lo que es invisible para el ojo puede ser divisado, pero la imagen aún resulta incompleta” Miguel Alemán Velasco. (“Las finanzas de la política”, Diana, México, 1995: 307)
Los bodegones constituyen un exabrupto y una extravagancia para el país actual. Reveladores de la economía real que lo corroe hasta el hastío. Equivalen a la aparición de partidos e individualidades para el simulacro electoral que dicen avecinarse. La súbita rehabilitación de los más conocidos afecta la cotización de los que los son menos.
Surgen cualesquiera tarantines dizque de la oposición. Algún día se sabrá del generoso financiamiento que no oculta la vanidad personal de muchos trepadores sociales de la política.
Son los peregrinos del sufragio a todo trance. Varios serán los que harán pregón de la exquisita habilidad política que más adelante diga hacerlos actores del cambio inevitable que vendrá.
Ofrecen mientras tanto la ambientación electoral que los ingenieros del espectáculo oficialista aspiran. Quedarán pocos payasos agradecidos de una feria de propósitos que los superan.